Pepe Mel no quiere que la permanencia se le escape de las manos, ahora que casi la toca con ellas, y por eso prohíbe la relajación. "La competición te hace estar en tensión porque dos partidos buenos te ponen arriba y dos malos te ponen abajo. Perder significaría volver a empezar; ganar es despegarte y aspirar a coger a los que equipos tienes más inmediatos. Soy el primero en desear sentarme aquí y decir matemáticamente ya está. Es una situación parecida al año pasado, cuando subimos ante el Tenerife. Virtualmente estamos tranquilos, pero la realidad y el sentido común te dicen que debemos seguir compitiendo al mismo nivel", explicó ayer.
"Ahora hay equipos que deben hacer once puntos más que nosotros y eso nos hace estar más o menos tranquilos", añadió el técnico, que sin querer confirmar el logro sí empezó a presumir de él: "Nos pidieron dos cosas: el ascenso, y fuimos campeones, y que no sufriéramos. Con mayor o menor nota lo estamos consiguiendo", dijo primero. "Estar salvados antes de que empiece la Feria sería tremendo", sentenció.
Hoy espera la Real. Mel aún se acuerda del partido de la primera vuelta. "Se decantó por un acierto individual tremendo de Íñigo Martínez y esperamos estar a la altura de que eso no se vuelva a repetir", recordó. También admitió sed de revancha: "Tenemos seis puntos contra rivales que nos ganaron sin merecerlo en la primera vuelta (el otro es Osasuna). Queremos resarcirnos de esos dos partidos que nos dejaron mal rollo. Las derrotas fueron crueles".
En cuanto a los cambios... "Hay gente muy tocada: Rubén, Roque, Beñat. Los de siempre, es la misma historia. Sí que vamos a refrescar el equipo. Iriney no jugó contra el Racing ni salió titular en Málaga y no pasó nada. Aquí nadie es indispensable", lanzó Mel, muy orgulloso de la evolución de su grupo: "Hemos ido aprendiendo a marchas forzadas y ahora tenemos las mismas virtudes pero hemos corregido defectos. Eso es ser listos".
