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Mel y el Betis, renovación con tensión

El técnico dice que no se reunirá connadie hasta que acabe la Liga, pero el consejo no pretende tensar la cuerda con una figura que es indiscutible.

el 17 may 2011 / 21:34 h.

Pepe Mel, delante de Gordillo y Bosch, presenta los jugadores a José Antonio Griñán.

La renovación de Pepe Mel va camino de convertirse en el culebrón de los culebrones en la avenida de La Palmera. De puertas para fuera, los discursos de los principales responsables del Betis se han centrado siempre en remarcar que no habría ninguna dificultad para que el entrenador y el consejo hallasen una vía que garantizase la continuidad del técnico que ha devuelto al equipo verdiblanco a Primera , pero esa tónica se rasgó en parte en la noche del lunes, entre la cena en Dos Hermanas y la fiesta en una discoteca de la calle Betis .

En declaraciones a Canal Sur , Mel dejó entrever por primera vez que "no" tenía demasiado "claro" cuándo se reuniría con el vicepresidente, José Antonio Bosch, para negociar hasta dónde deberá bajarse el contrato firmado en su día con Luis Oliver. "Yo no hablo con nadie hasta que termine la temporada, hasta que acabe el partido contra el Villarreal B", espetó Mel, que ciertamente no parecía de buen humor. De hecho, cansado de todo, incluidos los dos días de festejos y la estresante jornada del ascenso entre Tarragona y Sevilla, el míster apenas aguantó un rato en la fiesta que se organizó en Boss al filo de la medianoche.

Vaya por delante que el Betis quiere a Mel en su banquillo y Mel no desea levantarse de ese asiento ahora que es de Primera. Otra cosa es que la negociación presente estos vaivenes, pero la impresión en el club es que todo será menos espinoso en cuanto el entrenador y los directivos se sienten y concreten.

A Mel, eso sí, lo tiene inquieto una rebaja quizás excesiva en los emolumentos que hace meses firmó con Luis Oliver, reducción que además será marcada por los tres administradores concursales para ajustar la ficha del técnico a esa política de contención salarial que será uno de los ejes del Betis a corto y medio plazo. El problema es que esa rebaja no sólo puede afectar a la ficha de la temporada que viene, sino también a la cantidad que Mel se aseguraba en caso de ascenso. Según reveló ayer Radio Sevilla, son 450.000 euros (el triple de su ficha normal, 150.000) más otros 100.000 por ascender con jornadas de sobra.

Mel entiende que estas cantidades no pueden ser objeto de quita ninguna porque su ejecución es posterior a la entrada del Betis en concurso de acreedores y lo único sobre lo que los administradores tienen poder es lo firmado antes de esa fecha (mediados de enero), pero puede que el club no esté de acuerdo. En todo caso, también se manejan otras opciones, como devengar esas cantidades en la ficha de la próxima campaña.

Además del asunto estrictamente económico, Mel también quiere saber qué va a ocurrir con el preparador físico, Jesús Paredes, cuya renovación en principio será desaconsejada por los administradores, y con la planificación deportiva, sobre todo con ese tope salarial por debajo del millón de euros para todos los jugadores (y para él, claro). Pero la tensión no debe ir más allá.

El consejo de administración sabe que Mel es una figura indiscutible para todo el beticismo y su intención es no tocar la moral del madrileño ni estirar la cuerda más de lo conveniente. Mel y Bosch estuvieron ayer juntos en San Telmo y el ambiente, aunque no hubo declaraciones, fue de distensión. Las buenas caras deben traducirse en buenas noticias más pronto que tarde, a pesar del inquietante y extraño anuncio realizado por Mel anteayer.

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