La canciller alemana, Angela Merkel, llamó a padres y educadores a vigilar mejor el acceso a las armas por parte de los jóvenes y se pronunció a favor de los controles por sorpresa de quienes las poseen, tras la matanza perpetrada por un joven de 17 años con pistola de su progenitor. "Tenemos que hacer todo lo posible para asegurarnos de que los menores no tengan acceso a las armas", dijo la canciller, en declaraciones a la radio pública Deutschlandfunk, lo que según Merkel implica un mayor control sobre cómo se guardan en casa dichas armas y su munición.
Alemania sigue conmocionada por el caso de Tim Kretschmer, el joven de 17 años que el pasado miércoles asesinó a 15 personas y luego se suicidó, tras irrumpir en su antigua escuela de Winnenden con una pistola Beretta que su padre tenía en el dormitorio. El joven descargó, entre el tiroteo en la escuela y su huida posterior hasta la ciudad de Wendlingen, a 40 kilómetros de distancia, más de cien balas que asimismo tenía en casa su padre, propietario de otras diecisiete armas. El arsenal, a excepción de la Beretta, estaba guardado en una caja fuerte, pero según los investigadores, el muchacho, que acostumbraba a practicar tiro en el club del que era socio su padre, conocía el código para abrirla.
Los padres de Tim se han enzarzado en una polémica contra los medios y los investigadores, a los que acusan de haber difundido erróneamente que su hijo había estado bajo tratamiento psiquiátrico. Según el abogado de la familia, Achim Bächle, eso no es cierto, como tampoco que tenían una diana en el sótano donde a diario se entrenaba el muchacho, como se ha dicho también, por lo que no excluyen recurrir a la justicia. La versión de los padres se contradice con las de una clínica de la región, en que se asegura que el muchacho recibió tratamiento ambulatorio de abril a septiembre del pasado año.
