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Metro, Ciudad de la Justicia y la larga campaña hasta marzo

Zoido aún no se ha reunido con el consejero de Justicia ni le ha concretado cuál es su propuesta

el 05 nov 2011 / 20:04 h.

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Ensayo. "Aquí estamos, preparando la campaña, pero no ésta, sino la que empieza el 21 de noviembre". La frase de un dirigente socialista hace ya varias semanas refleja la actitud con la que PP y PSOE afrontan en Sevilla estas elecciones. Con un resultado ya marcado, el 20-N se asume como un ensayo general para los comicios de marzo, una nueva prueba que sirva para medir la capacidad de resistencia de los socialistas en uno de sus últimos feudos, el margen de crecimiento de los populares que acarician un resultado histórico, el impulso real que pueden tener formaciones como IU, el PA o Equo en un escenario económico sin precedentes y el desgaste que podría empezar a ensombrecer las figuras que lideraron el cambio político de mayo. Como Juan Ignacio Zoido. José Antonio Viera aludía hace sólo unos días a la "decepción" de votantes del PP con la gestión de los primeros meses en Sevilla. La reflexión no apunta al 20-N, cuando difícilmente se trasladará a las urnas la inevitable desilusión que genera el salto de una oposición dónde caben todas las promesas, incluso las contradictorias, a una gestión en la que hay que tomar decisiones, priorizar y resolver una delicada situación interna. Pero en marzo sí puede tener su efecto. Y de ahí el pulso que Junta y Ayuntamiento libran por la Ciudad de la Justicia y el Metro que, en la práctica, deja bloqueados los dos proyectos.

 


Inversiones. La Junta ha intentado hacerse trampas al solitario al no provincializar los presupuestos. No hay que engañarse. No hay dinero para las inversiones prometidas en Sevilla. Si no se han hecho en época de bonanza, pese a las promesas, ahora no se podrán ejecutar los proyectos de la Ciudad de la Justicia y del Metro como estaban diseñados. Se trata de fijar prioridades en un marco de diálogo entre administraciones. Y ese es precisamente el escenario del que Zoido lleva huyendo desde septiembre. Tras la carta al presidente de la Junta con la que inició el curso político había un intento de lanzar la pelota al tejado de la Junta. Pero a partir de ahí, el alcalde no se ha querido reunir ni con el consejero de Justicia, que aún aguarda la respuesta a su oferta de una cita, ni con Obras Públicas. Hacerlo implicaría dar un paso. Decidir. No bastaría con difundir públicamente que la Ciudad de la Justicia puede ir en el Prado, en Los Gordales o en una tercera ubicación secreta que podría estar algo más alejada y no convencer a un sector que le ha dado hasta ahora su apoyo. Habría que elegir una de las ubicaciones, con sus pros y sus contras. "Mientras no lo haga no podemos avanzar", admiten fuentes del Gobierno andaluz. Y en crisis si una prioridad no está clara, corre el turno.

 

Metro. Lo mismo ocurre con el Metro. Zoido pide todo o nada. 3.225 millones y tres líneas o la ausencia de cualquier proyecto. Las líneas 2,3 y 4 completas no se van a construir a corto plazo salvo que llegue una empresa con el dinero por delante, pero hay una diferencia entre seguir trabajando y avanzar, como se hizo con Rosa Aguilar cuando se abrió un debate público y se trazaron a grandes rasgos las líneas, y dejar los planos guardados en un cajón, como ha ocurrido en estos meses. Y la diferencia está en que antes había una negociación abierta sobre prioridades, y ahora no la hay. Para que la hubiera, Zoido debería asumir el riesgo de elegir entre Pino Montano y Bellavista, entre la línea 3 de los barrios y la 2 del Centro. Y eso tiene un desgaste. Una decepción que tiene reflejo en las urnas en marzo.

 

Errores. El alcalde parece tratar de evitar nuevas decisiones que le enfrenten con un sector de la población, como su derogación sin una planificación previa del Plan Centro y su cada vez más esperpéntica huida con una comisión de investigación; o su aún misteriosa negociación con Ikea. Ya hay bastante con los problemas derivados de las circunstancias actuales aunque no sean responsabilidad de Zoido. En la ciudad hay 80.470 parados 3.400 más que en mayo y 5.800 más que hace un año y aún no se ha aprobado un paquete ambicioso de medidas; el regidor que iba a resolver los problemas de las empresas municipales lleva ya varios amagos de conflictos laborales serios en Emvisesa y Lipasam; y en Tussam, donde sufre ya para pagar a la plantilla tras multiplicar los gastos, sólo le salva la buena relación de su nuevo gerente, Manuel Torreglosa, con la plantilla. El gestor que iba arreglar los servicios tiene a todos los sindicatos en alerta porque se está recortando en vez de ampliar la plantilla. Hasta ahora puede señalar a los presupuestos de 2011, pero los próximos ya llevarán su firma. Y el PP tiene tan poco margen como el que tuvo con los impuestos. En twitter: jalonso2

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