La publicación de esta obra no ha estado exenta de polémica en Puerto Rico, y parece ser que incluso las actuales monjas le rogaron que no la publicase. "La historia que presenta la novela es vergonzosa, resalta el poder de opresión que ha ejercido la Iglesia durante la Historia y tiene resonancia en la actualidad, vistos los escándalos que se han destapado recientemente en el seno de la Iglesia Católica", explica a El Correo de Andalucía vía mail, y añade a renglón seguido: "Imagino que, ante este cuadro, una novela como Silencio en el convento no es bienvenida".
Así, el protagonista, Armando San Miguel, deberá moverse entre dos épocas históricas que darán pie, como resultado final, a un descarnado retrato de la sociedad contemporánea. A la hora de explicar cuánto de histórico y cuánto de real hay en su novela, Saldaña se muestra claro: "Hice una investigación muy exhaustiva sobre el pasado del primer obispo puertorriqueño, Juan Alejo de Arizmendi, y sobre el antiguo Convento de las Madres del Carmelo", recuerda.
"Eso se refleja en la ambientación y en varios datos que presento en la novela. Claro está, siendo una novela, he añadido eventos ficticios y he tergiversado la Historia. Las fronteras se han difuminado y ya no logro distinguir con precisión qué es real y qué inventé. Es un buen ejercicio para el lector", añade.
El autor sigue investigando para dar forma a la trilogía de la que forma parte Silencio en el convento. ¿Cuándo verá la luz esta segunda parte? A juzgar por su ritmo de trabajo, no tardará demasiado: "En estos momentos escribo la segunda parte de la trilogía. En esta ocasión Armando Santander nos habla desde el pasado y destapa cuestiones sensitivas, pero relacionadas con el régimen del dictador panameño, Manuel Noriega", adelanta.
Cabe destacar, por último, que recientemente Luis Saldaña ha recibido un reconocimiento por su relato Ríos en Puerto Rico. Un cuento en el cual "un moro puede amanecer en Mississippi, un negro en Sevilla y puede haber capirotes rondando por la Feria de Abril", explica.
Saldaña le da la justa importancia a los premios de este tipo para continuar con su labor: "El Certamen de Cuento de El Nuevo Día es el más trascendental en la escena literaria puertorriqueña, por lo que me siento muy honrado con este premio", admite. "Estas distinciones son un incentivo para continuar el quehacer creativo, que puede ser bastante arduo en muchas ocasiones", concluye.
