El portal TMZ.com, que desde la muerte de Michael Jackson ha venido dando primicia tras primicia, avanza ahora los resultados de la primera autopsia. Más o menos era lo esperado: que murió tras una dosis letal de un potente anestésico, lo que redunda en la hipótesis de un homicidio involuntario por parte de su médico.
Los análisis toxicológicos practicados al cadáver de Michael Jackson revelaron que el cantante recibió una cantidad letal del sedante Propofol, según han avanzado fuentes policiales no identificadas al referido portal de internet TMZ.com.
Los resultados de estas pruebas aún no se han hecho públicos, aunque su anuncio se espera que sea inminente, ya que Craig Harvey, portavoz de la oficina del juez de instrucción, dijo el mismo día que se practicó la autopsia al cadáver de Jackson (el 26 de junio), que la causa final de la muerte se daría a conocer, como muy tarde, entre "cuatro y seis semanas después", las mismas que ya se han cumplido.
TMZ.com, que fue el primer medio en informar de la muerte del rey del pop, asegura que en el organismo de Jackson también se encontraron restos de Xanax, unas pastillas destinadas a tratar los ataques de pánico.
Según las fuentes consultadas por TMZ.com, la dosis de Propofol, un potente anestésico generalmente usado en intervenciones quirúrgicas, fue la razón principal por la que murió el artista.
Uno de los más graves efectos secundarios de este fármaco -por cierto, sólo disponible para personal médico y que es administrado por vía intravenosa- es que puede provocar un paro cardiaco si se suministra en combinación con ciertos analgésicos.
Las investigaciones de la Policía de Los Ángeles sostienen que la muerte de Michael Jackson fue un homicidio involuntario y las sospechas recaen sobre su doctor personal, Conrad Murray, objetivo de las pesquisas en curso, quien estuvo presente cuando el artista falleció.
La Policía, con la ayuda de la Agencia Antidroga de EEUU (DEA), ha inspeccionado varias veces la casa y la consulta del facultativo en busca de pruebas para poder imputarle el presunto delito de homicidio involuntario.
De confirmarse que el genial artista falleció víctima de una sobredosis de un anestésico, la situación para la familia sería peliaguda porque podrían quedarse sin ver un dólar del multimillonario seguro que Jackson tenía contratado. Según ha trascendido, la póliza que aseguraba los conciertos de Michael Jackson en Londres -para los que ya se habían vendido todas las entradas, por valor de 85 millones de dólares- no cubría su muerte por abuso de fármacos, según ha revelado el periódico Los Angeles Times.
Aunque el seguro de AEG -una póliza de 17,5 millones de dólares- cubría las eventuales pérdidas que se pudieran registrar, el caso de que los recitales se cancelasen por causas "accidentales" no estaría contemplado como uno de los supuestos, por lo que la compañía no estaría obligada a pagar nada en concepto de indemnización si la anulación se debía al consumo ilegal de fármacos.
El pasado domingo, en una entrevista con Fox News, el padre del malogrado artista, Joe Jackson, insinuó no obstante que había algo sospechoso en la póliza de AEG. La aseguradora no se quedó callada y contraatacó facilitando el pasado jueves una copia de la póliza a la madre del cantante, Katherine Jackson.
"Este seguro no cubre ninguna pérdida directa o indirectamente surgida o a la que haya contribuido la posesión o el consumo ilícito de fármacos y sus efectos", reza contundente la póliza. Y ésta es, por el momento, la principal hipótesis sobre la muerte del rey del pop.
