Economía

«Mientras en Japón se suicida, en España el moroso cae simpático»

Ha inventado una nueva disciplina y, con ella, un término innovador. Al único morosólogo de España le van las cosas bien en épocas en las que la economía flaquea. Foto: Javier Cuesta.

el 15 sep 2009 / 04:37 h.

-Lo primero es lo primero. ¿Qué es la morosología?

-Es un término que he desarrollado yo y que he patentado, por si acaso. Es una disciplina que me encontré mientras investigaba sobre el tema. Aparte de dar clases, estudiaba el fenómeno desde distintos puntos de vista, como el psicológico, el antropológico o el financiero, entre otros. Me di cuenta que había una disciplina que existía pero que no tenía nombre, y decidí ponérselo yo mismo.

-Entonces es el único morosólogo que hay en España...

-Pues sí. Hay personas especializadas en un aspecto concreto de la morosidad, pero yo soy polivalente. Seguro que hay gente que sabe más que yo sobre las cuestiones jurídicas o financieras, pero que lo domine todo, no. Se trata de un fenómeno multidisciplinar, que requiere mucho estudio.

-¿Cómo valora la coyuntura actual?

-La cosa va de mal en peor. Es sólo el principio de una crisis importante que puede superar la de los años 1992 y 1993 en lo que se refiere a morosidad. Mirando los datos del INE se puede observar, por ejemplo, el aumento del 77% en febrero de los efectos comerciales devueltos. La subida es imparable, aunque la morosidad se mide también a través de otras cuestiones, por lo que el índice es mucho más alto.

-¿Qué deben hacer las entidades financieras ante la situación que se avecina?

-Es necesaria la prevención y también la prudencia y el sentido común. Es fundamental, por ejemplo, obtener informes jurídicos de las empresas a las que se le den créditos, para ver, en primer lugar, si existen, además de que tengan capacidad de pago y buen perfil pagador. En hacerlo sólo se tardan 24 horas y puede ahorrar muchos disgustos.

-¿Y cuál es su consejo para los que ya estén metidos en el problema?

-Si es un tema paliativo, hay que hacer un informe prejudicial sobre los morosos. Aunque es casi imposible que paguen su deuda si tienen muchas demandas, porque en este caso el que reclama se situaría a la cola. A lo que no hay que acudir es a darle un susto a través de mecanismos poco recomendables, porque puede ser contraproducente.

-¿Cómo se vive el fenómeno en España?

-De manera muy diferente al de otros países. Aquí el ser moroso se ve como un pecado venial, como algo incluso simpático. La antítesis la encontramos en Japón, donde la gente llega a suicidarse si es incapaz de pagar una deuda. Se trata de una vergüenza tan grande que hasta algunos deciden quitarse la vida para pagar con su seguro. En los países anglosajones, aunque no se llega a tanto, también están muy mal vistos. Es una cuestión cultural, que viene reflejada incluso en la literatura tradicional, en libros como El Lazarillo.

(Lea la entrevista completa en la versión impresa de El Correo de Andalucía).

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