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Mil años de historia sevillana

El Castillo de San Jorge, cuyos orígenes datan del siglo XII, abre sus puertas.

el 03 dic 2009 / 18:11 h.

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El alcalde en la inauguración del Castillo de San Jorge.
Durante tres siglos fue un abismo de persecución y tortura y hoy se ha transformado en un monumento a la tolerancia. El Castillo de San Jorge, en Triana, inició ayer una nueva etapa en su historia: esta vez como Centro Temático de la Tolerancia.

"Se ha recuperado este recinto histórico para convertirlo también en un espacio de reflexión", aseguró el alcalde, Alfredo Sánchez Monteseirín, en su inauguración.

El Castillo de San Jorge protagonizó durante más de 300 años parte de la historia más oscura de Sevilla: entre 1481 y 1785 fue la sede en la ciudad de la Inquisición, que condenó y envió a la hoguera a miles de personas en esos años sin distinción de escala social: en el Castillo de San Jorge tuvo que declarar, entre otros, Santa Teresa de Jesús en 1575.

"El Castillo de San Jorge representará a partir de ahora un nuevo reclamo para atraer visitantes a Sevilla, una ciudad que desde hace siglos es una marca de prestigio universal", aseguró el consejero de Turismo, Luciano Alonso.

El museo que se encontrará el visitante en el Castillo de San Jorge consta de una sala sensorial y con los vestigios de las diferentes etapas que ha vivido este recinto histórico desde sus primeros usos hace casi mil años, en el siglo XII.

La sala sensorial ofrece imágenes y textos situando al visitante en diferentes marcos históricos y procesos sociales que tienen que ver con la historia del castillo. Y todo con un mismo leit motiv: el abuso de poder y la indefensión de la víctima.

Junto a esto, habrá una exposición permanente de restos encontrados en la excavación de la necrópolis almohade y una maqueta del castillo tal y como se edificó en su tiempo.

Capilla del santo oficio. En el interior se encuentran vestigios del histórico recinto: aún se conservan restos del pórtico exterior de la capilla del castillo, la sacristía y parte de la nave con la base del altar.

Esta capilla era utilizada por la Inquisición para oficiar misas o asistir a ellas desde una tribuna. A los oficios también podían asistir los habitantes de la ciudad. Pero esto fue en torno al siglo XVII; la historia del castillo se remonta a mucho tiempo atrás.

El primer uso de este solar fue una necrópolis almohade, entre los siglos XII y XIII. En las excavaciones se han recuperado 229 enterramientos, aunque se calcula que la necrópolis debió albergar más de mil individuos.

En torno a 1220 y 1230, este espacio se convierte en una fortaleza para proteger Isbiliya, capital del imperio almohade en Al Andalus, ante el avance de las tropas cristianas hacia el sur.

Tras la conquista de Sevilla por el rey Fernando III en 1248, el edificio parece que fue entregado por el monarca a la Orden de los Caballeros de San Jorge.

Y así fue cómo se construyó la primera parroquia de Triana, que se quedó como ermita tras la construcción de Santa Ana ordenada por Alfonso X en 1276.

En el siglo XV llegó su etapa funesta. Los Reyes Católicos cedieron el recinto a la Santa Inquisición y en 1481 instaló allí su primera sede. Permaneció en el lugar hasta 1785. Más de tres siglos de horror y persecución, una huella que hoy el castillo ha borrado para hacer un homenaje a la tolerancia y la paz.

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