La sentencia del Tribunal Supremo de principios de mayo que declaró ilegales las cláusulas suelo de las hipotecas cuando los clientes no fueron suficientemente informados por sus bancos tiene desde ayer su primera gran consecuencia. El BBVA anunció que dejará de aplicar estas cláusulas con efectos desde el pasado 9 de mayo. La medida beneficiará a unos 425.000 clientes. El BBVA (sin incluir Unnim) tiene unas 800.000 hipotecas en España, por valor de unos 76.000 millones. De estas, dos tercios --unas 530.000-- tienen cláusulas suelo, si bien solo el 80% de las mismas (unas 425.000) tienen dichos límites activados. El 20% de los créditos tiene un umbral tan bajo que todavía no se ha alcanzado a pesar de que los tipos de interés oficiales y el euríbor están en niveles históricamente bajos. El suelo medio actual de las hipotecas del grupo que tenían estas limitaciones era del 2,8%. El euríbor cerró mayo en un mínimo histórico del 0,484%, frente al 1,266% de un año antes, lo que para un crédito medio de 120.000 euros a 20 años supuso un descenso en las cuotas de 44 euros mensuales o unos 529 euros al año. DEVOLUCIÓN DEL DINERO A los hogares afectados se les devolverá el dinero cobrado de más en las hipotecas de mayo y junio, mientras que la rebaja ya aparecerá reflejada en las próximas cuotas. La medida va a tener un impacto considerable en los resultados del banco presidido por Francisco González. Según sus estimaciones, solo en junio le restará 35 millones al beneficio neto. Los expertos no esperan grandes cambios en el euríbor. Así, el impacto para las ganancias del BBVA podría rondar los 270 millones de euros en el 2013. En el primer trimestre, su beneficio en España fue de 73 millones. CONSECUENCIA DEL DICTAMEN La decisión del BBVA es consecuencia del auto que ayer hizo público el Supremo, después de que el propio banco, Cajamar (que ayer anunció también que retirará las cláusulas) y Novagalicia Banco le pidieran que aclarase la sentencia de mayo. El banco de origen vasco ha preferido retirar las cláusulas de golpe en lugar de esperar que sus clientes se lo soliciten uno a uno o presenten demandas. El tribunal explicó que las cláusulas suelo son en sí mismas legales, pero que son nulas cuando incumplen el requisito de transparencia, sin necesidad de que se den todas los condiciones de nulidad que estableció en su sentencia. Por ello, sostiene que no importa que este producto durante un determinado periodo de tiempo haya resultado beneficioso para el consumidor, ya que la cláusula tiene por finalidad exclusiva proteger los intereses de la prestamista frente a las bajadas del índice de referencia. También se deben anular cuando no se ha facilitado información suficiente porque las condiciones de este producto se han ubicado en el contrato entre una abrumadora cantidad de datos entre las que quedan enmascaradas y diluyen la atención del consumidor. Tampoco son válidas si los consumidores no han contado con simulaciones de escenarios diversos o no se les ha ofrecido otros productos de la propia entidad. En su auto de aclaración, el tribunal señala que no es preciso que concurran de forma simultánea todas estas circunstancias: No se trata de una relación exhaustiva a tener en cuenta con exclusión de cualquier otra. El Supremo insiste en que su fallo no tiene carácter retroactivo y que tampoco implica dejar sin efecto los contratos.
