Con paso firme, seria pero siempre con un gesto amable en su rostro y sin mostrar cansancio pese a estar embarazada de algo más de siete meses, Carme Chacón ejerció "sin novedad" como primera mujer en la historia de España al frente de las Fuerzas Armadas, durante su visita a las tropas en Afganistán. En total, fueron 30 horas de debut.
No esperó ni una semana desde que se hizo cargo de Defensa para poner en escena la normalidad con la que quiere desempeñar el cargo, en un mundo como el militar en el que predominan los hombres.
Desde que pisó suelo afgano, tras un viaje de más de diez horas desde Madrid, no hubo tregua para sentarse ni cinco minutos. Ni siquiera un instante para detenerse y llevarse un recuerdo de Afganistán para su futuro hijo, que nacerá en junio si las cuentas no le fallan a la ministra catalana de 37 años.
Una paliza. Carme Chacón finalizó su fugaz periplo por Afganistán a las tres de la madrugada de ayer cuando aterrizaba el avión Airbus de las Fuerzas Aéreas españolas, que había despegado rumbo Afganistán el viernes a las nueve de la noche.
Atrás dejaba unos cuantos discursos ante los militares. Pasó revista a las tropas y recorrió las instalaciones de la base, entre ellas el hospital montado por los españoles y el destacamento del Ejército del Aire en el aeropuerto.
Y todo ello, sin demostrar signos de cansancio. Durmiendo pasó la mayor parte de las ocho horas de vuelo -el tiempo que duró el traslado entre Kuwait y Herat- en este avión de carga en el que un pasajero experimenta una sensación más cercana a viajar en un olla a presión que en un vuelo comercial.
Chacón compartió rancho con los militares y tras pasar revista e interesarse en detalle por cada una de las unidades y sus materiales, de nuevo al Hércules. Otras cuatro horas de vuelo hasta Kuwait, desde allí a Madrid y fin de la jornada.
