Visi Pazos abre la puerta con una sonrisa y su melena rubia que se aparta de la cara. Camina con energía y apenas se ha sentado se vuelve a levantar. Con un rostro franco y ojos claros y brillantes, que miran directamente a su interlocutor, nadie esperaría que esta sevillana de toda la vida, nacida en Santa Catalina, y con 56 años que apenas dejan entrever las líneas de su rostro, esconda en realidad a la candidata andaluza a Abuela de España. El 25 de febrero tendrá que demostrar por qué ella se merece ser la ganadora del concurso de belleza ya entrada en años, que se celebra en el Palacio de San Miguel de Torremolinos. Las candidatas, una por cada comunidad autónoma, tienen que ser abuelas mayores de 50 años; se juzgará su dinamismo, simpatía, carisma... más que belleza. "Lo vi y dije: yo me voy a apuntar, porque ahí pone todo lo que soy yo, y más siendo de esta tierra." Ella es rotunda en sus ideas y no pierde el tiempo en segundas oportunidades. "De pequeña nunca me imaginé cómo sería mi vida. Como éramos siete hermanos y mis padres trabajaban fuera, a mí no me dio tiempo de jugar con muñecas. Con catorce años empecé a trabajar, con diecinueve me casé y con veinte tuve a mi niña."
Enseña sobres llenos de fotos, muchas caras de bebé. "Mi nieta mayor, mi brujita, la que más se parece a mí de personalidad; después de mucho quejarme de cuándo iba a ser abuela, me llegó. A ella la crie yo prácticamente, porque sus padres eran muy jóvenes, siendo abuela volví a ser madre. Pero lo disfruto igual y cada vez que vienen a casa es una fiesta." Si gastó su tiempo como hermana, madre y abuela, con 56 empieza de nuevo. "Ahora... ahora hago lo que quiero. Cosa que vea pasar la cojo, no sea que no vuelva a pasar." Por esas y estando en Torremolinos, uno es capaz de apuntarse a un concurso de miss abuela sin saber dónde se mete. Sin parar de reírse y con unas manos y gestos llenos de vida recuerda cuando le dijeron que era candidata por Andalucía. "Yo no me enteré de nada, lo hice tan porque sí que creía que sólo era candidata por Sevilla, y yo pensando ya en mi traje de flamenca, ¿cómo me he metido yo en un fregado así? De pequeña ya me decían que me parecía a Marisol e incluso me ofrecieron hacer un anuncio que rechacé, ¿y si yo fuera famosa ahora? Pero para mis conocidos ya lo soy, ya no les extraña nada de mí."
No tiene ni idea de lo que tendrá que hacer allí pero ya se imagina paseando por la pasarela, con su nuevo traje de flamenca rojo clavel. "Pensé que tendría que cantar y yo me preparé la canción del clavel de Rocío Jurado, pero no tendré que hacerlo finalmente, por mí que no sea." Sus nietos crecen y ya el tiempo lo invierte en ella misma, sus amigos, su familia, sus clases de baile de salón, su coro, hacer ejercicio, ¿le queda algo por hacer? "Pues tanto me queda, y eso que incluso ya he salido en la tele, si alguien me quiere hacer una oferta de tertuliana, adelante, yo me apunto a un bombardeo." Su aspecto no difiere de su historia, con la ropa que ahora muestran los escaparates, arreglada y feliz, con mucho que recorrer por delante. "Yo soy abuela, madre, amiga... pero sigo siendo yo, y este 25 de febrero, con lunares o pasarela, yo voy a por todas."
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