La primavera acaba de llegar. Haya ganas de feria, de vestir los preciosos trajes de flamenca, de bailar y de beber manzanilla... pero estamos en octubre y esto es Montevideo (Uruguay). Comienza la Feria de Abril, que en esta capital de Suramérica se celebra este fin de semana (días 16 y 17) en la plaza-parque Liber Seregni. En 2009 convocó a 10.000 personas.
Los organizadores de esta hija pequeña de la Feria de Abril de Sevilla (oficialmente, VII Feria de Abril Tablao Flamenco Uruguay 2010) son los integrantes del centro cultural esquinero Duende y Compás . Los feriantes se congregan en una nueva plaza del centro de Montevideo, a pocas manzanas del Palacio Legislativo, tras su traslado desde el propio Cabildo de Montevideo.
"Nuestra feria es muy pequeña al lado de la majestuosa Feria de Abril de Sevila, pero tiene todo el amor, esplendor y dedicación de todos los participantes, en ella se nuclea a los principales artistas y grupos de la escena flamenca de nuestro medio y algunos que vienen de Argentina y Brasil", explica la gestora cultural de Duende y Compás, Rosario Gatto. En esta Feria de Abril del otro lado del charco no faltan la comida, exposiciones, casetas -que llaman stands- con fotografías "y vestuario típico flamenco", además de lutieres de guitarras, cajones y castañuelas y, por supuesto, flamenco y sevillanas en vivo "y gratis", remacha Gatto. Algunos de los intérpretes tiene 4 años. Otros, hasta 70.
A la hora de llenar el buche la Feria de Uruguay distribuye paellas y tapas, pero también platos uruguayos como los panchos -perritos calientes- o tortas fritas . Con la bebida las difeferencias entre la Feria madre y su hija trasatlántica se notan más: uno de los reyes de la tarde sevillana es el mate. Y con alcohol, la cerveza.
"Aunque parezca raro en nuestro país hay grandes intérpretes del flamenco, ya sea en su expresión por medio de la guitarra, del cante, la percusión o el baile. Gente que ama el flamenco como si hubiera nacido en Andalucía y que vive para el flamenco, niños y niñas que desde que nacen lo viven y sienten, y todo eso lo mostramos en la Feria", añade esta organizadora.
En Montevideo se visten de flamenca para la ocasión las bailaoras, y las más pequeñas se dan una vuelta en una "carreta" cedida por el grupo Blandengues después de regalar flores al público. Cada media hora sube al escenario de la plaza-parque un grupo de sevillanas o rumbas y por supuesto, a la Feria se va para bailarlas.
Duende y Compás se queja de la falta de apoyos de la colectividad española, "que todos los años está invitada". Aunque a algunos de los organizadores la pasión por la Feria y el flamenco les ha llegado a través de sus abuelos andaluces, Gatto explica que no son pocos los que se han enamorado de este arte universal sin haber tenido nunca relación directa con Sevilla o Andalucía.
