El presidente de la Generalitat, José Montilla, recordó ayer que la publicación de las balanzas fiscales es un compromiso asumido en la campaña por el mismo vicepresidente económico en funciones, Pedro Solbes, y abogó por cumplirlo, alegando que "nadie ha de tener miedo a más transparencia".
En una entrevista en la SER, Montilla reconoció que a algunos presidentes autonómicos "puede no interesarles" esta publicación, pero remarcó que "la información nunca está de más porque permite opinar con más elementos objetivos y menos subjetivos" al hablar de solidaridad o de insolidaridad. El PSC ha asegurado que las balanzas deben publicarse aunque no determinen el futuro modelo de financiación.
El secretario general del PSOE-A y presidente electo de la Junta, Manuel Chaves, advirtió el pasado lunes de que, aunque cada comunidad presentará su propuesta y defenderá su posición, al final, el nuevo sistema de financiación deberá ser aprobado en el Consejo de Política Fiscal y Financiera (CPFF), teniendo claro que "las balanzas fiscales no servirán para establecerlo".
"Lo que hay que hacer es cumplir los compromisos electorales", insistió Montilla, que se mostró convencido de que la publicación de las balanzas constatará que "Cataluña ha sido solidaria y quiere seguir siendo solidaria, a pesar de, por su puesto, exigir también una financiación más justa y transparente".
Respecto a esta nueva financiación, el presidente catalán se limitó a señalar que no tiene ninguna duda de que el Gobierno central cumplirá la ley y aplicará el nuevo Estatut. Al preguntársele sobre posibles "recelos" de compañeros del PSOE respecto al amplio resultado electoral del PSC en Cataluña, Montilla aseguró no haber detectado "en absoluto" actitudes de este tipo, sino "satisfacción" al constatar que, sin los 17 diputados de diferencia entre socialistas y populares en Cataluña, sería "más difícil" para el PSOE gobernar. Remarcó que las ideas son lo importante en el debate político, y para expresarlas "no es necesario recurrir ni a cabestros ni a guías telefónicas", por el intercambio de críticas del PNV y el socialista José Bono.
