Cultura

Morante, El Cid y Castella cortan oreja en Algeciras

Los toreros sevillanos José Antonio Morante de la Puebla y Manuel Jesús El Cid, así como el francés Sebastián Castella cortaron ayer una oreja cada uno en el tercer festejo de la Feria Real de Algeciras.

el 16 sep 2009 / 04:55 h.

PLAZA DE TOROS DE LAS PALOMAS

Ganado: Toros de Alcurrucén, correctos de presentación y de juego desigual, destacando el segundo y el tercero.

Toreros: Morante de la Puebla, oreja y saludos.

El Cid, oreja y saludos.

Sebastián Castella, saludos tras petición y oreja.

Incidencias: Dos tercios de plaza en la tercera corrida de feria.

Los toreros sevillanos José Antonio Morante de la Puebla y Manuel Jesús El Cid, así como el francés Sebastián Castella cortaron ayer una oreja cada uno en el tercer festejo de la Feria Real de Algeciras, donde se pidió con fuerza otra para el de Salteras (El Cid) y también para el francés, que no concedió el palco y donde se lidió una manejable pero baja de raza corrida de la ganadería Alcurrucén.

Morante de la Puebla apostó con el primero, un toro con fondo pero con el que molestó el viento y con el que consiguió series de importancia, llegándole mucho y provocando su embestida. Además, el de la Puebla del Río remató de un espadazo en buen sitio, paseando la primera oreja de la tarde ante el entusiasmo del público. Con el cuarto, un toro a menos y sin clase, lo volvió a intentar el de La Puebla, que arrancó momentos de importancia en la faena.

Otra oreja cortó El Cid del segundo astado, un toro que dejó crudo en varas y que tuvo mucha emoción y transmisión en un principio, pero que se terminó rajando y fue a menos. También ocurrió lo mismo con la faena de El Cid, que comenzó con varias series de buen trazo pero en la que el toro terminó sorprendiéndole en alguna arrancada. Mató bien. El quinto manseó de salida y El Cid apostó por él en una faena a más, en la que dejó la muleta puesta e hizo el esfuerzo. Se pidió la oreja.

Sebastián Castella recibió con ganas al tercero, un toro manejable con el que se desmonteró Curro Molina y con el que el francés puso ganas y seguridad, en una faena en la que tiró del ejemplar y fue a más. Se pidió la oreja para el francés, pero el palco decidió no concederla.

La oreja la paseó del sexto, un toro exigente y nada fácil con el que Castella sacó la artillería pesada, apostando desde el inicio de faena, dejando series importantes y pegándose un arrimón final. Sin embargo, pinchó de primeras antes de tirar al toro sin puntilla. Se pidieron con fuerza las dos orejas y paseó una.

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