Toros

Morante y Padilla reivindican la libertad de los aficionados al toro

Los maestros escenificaron la protesta del sector toreando de salón en Utrera. Numerosos profesionales se dieron cita delante del Ayuntamiento.

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Padilla y Morante se desplazaron ayer hasta la localidad utrerana para dejar constancia de la reivindicación taurina. Padilla y Morante se desplazaron ayer hasta la localidad utrerana para dejar constancia de la reivindicación taurina. / López Matito (Fotogalería completa) Cuando llegaron Morante y Padilla a la plaza de la Gibaxa ya les esperaba una amplia baraja de matadores. Allí estaban veteranos como Curro Durán, Pepe Luis Vargas, Cuqui de Utrera o Eduardo Dávila Miura;toreros en activo como Curro Díaz, Luis Vilches, Diego Silveti, Oliva Soto, Pepe Moral y Salvador Cortés a los que se sumaban banderilleros de la talla de Curro Molina, Curro Javier y una larga embajada de profesionales del toro en la que no faltaron los criadores Jaime Guardiola, José Murube o Carlos Núñez, presidente de la Unión de Criadores de Toros de Lidia y de la Mesa del Toro. La cita la había convocado la Federación de Asociaciónes Taurinas de Utrera para protestar por ese polémico artículo –incluido en una ordenanza de protección de los animales– que prohíbe la entrada de los menores de siete años a los espectáculos taurinos. El escenario, escogido personalmente por Morante de la Puebla, implicaba un doble simbolismo: el actual ayuntamiento de Utrera –receptor de la protesta– fue la casa solariega del Conde de Vistahermosa, ganadero fundador de la casta que lleva su nombre que ha dado origen a la mayor parte de las vacadas de la cabaña brava contemporánea. Fue el informador taurino Emilio Trigo el encargado de introducir el acto señalando que “nadie puede cohartar nuestra libertad para educar a nuestros hijos según nuestro código moral”. Trigo recalcó que “la Fiesta no entiende de política pero la política sí se está sirviendo de la Fiesta” matizando que, más allá de su carácter local, la norma suponía “una medida antitaurina a nivel nacional”. El presentador dio paso a la lectura de un comunicado por voz de un jovencísimo aficionado con ganas de ser torero llamado Juan Manuel, nieto del cantaor utrerano El Cuchara. “Quiero decir al Ayuntamiento de Utrera que no me prohíba mi afición; ni a nuestros padres y abuelos que nos lleven a los toros. A mí y a los demás niños de este pueblo. Mis padres quieren siempre lo mejor para mí y están en el derecho de educarme en libertad, como a ellos les criaron los suyos”, señaló el niño en medio de los aplausos del numeroso público congregado a las puertas de un ayuntamiento que permanecía cerrado a cal y canto. El chico aún añadió que “si hay libertad, que la siga habiendo para que mi padre, y mi abuelo y los de los demás niños nos puedan seguir educando en algo tan bonito como el toro bravo que, lo mismo que yo, nació en Utrera”. Fue el turno de Padilla y Morante, que se turnaron embistiendo y toreando en medio del clamor del púbico para enseñar los rudimentos del toreo de salón a los niños que se habían concentrado en la céntrica plaza de la Gibaxa con sus diminutos trastos de torear mucho antes de la hora fijada para el comienzo del acto. Ellos eran los principales destinatarios de esta lección magistral que ha supuesto el mayor y más inmediato golpe de efecto del sector taurino contra la indisimulada marea abolicionista que también se escondía detrás de una simple ordenanza municipal de regulación de la propiedad y el trato de los animales. Los comentarios en la calle ya apuntan el desenlace. Las fuerzas políticas locales parecen dispuestas a dar marcha atrás.

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