La Orden del Mostachón de Utrera otorgó sus premios correspondientes a la última edición. Los galardonados esta vez son el músico José Salazar y la Yeguada Ayala, de Rafael Ayala.
En concreto, el músico se llevó el Mostachón de Oro que distingue a aquellas personas que durante el año anterior contribuyeron más al conocimiento y engrandecimiento de Utrera. Y la Yeguada Ayala se hizo con el Mostachón de Oro que reconoce la trayectoria profesional y personal continuada en el tiempo de un proyecto.
De este modo, las actuaciones más recientes del músico se remiten a la dirección de la Banda Sinfónica del Quinto Centenario de la Virgen de Consolación en Utrera en 2007, integrada por artistas de las distintas agrupaciones de la ciudad. Pero este músico, nacido en Jaén el 19 de marzo de 1948, tiene una trayectoria mucho más amplia.
Hoy día es subdirector de la Banda Municipal de Sevilla y desde 1972 es presidente de la Orquesta Bética Filarmónica. En 1984 fundó la Asociación Musical Utrerana, que dirige actualmente y con la que acompaña a algunas cofradías en la Semana Santa del municipio. El maestro, como se le conoce en la ciudad, es autor también de numerosas composiciones como la popular marcha Campanilleros de Utrera (creada en 1982).
Mientras, el Mostachón de Oro concedido a la Yeguada Ayala, y por ende, a su propietario, pone de manifiesto los numerosos éxitos cosechados por este criador de caballos. Muestra de ello es el Premio Pura Raza Española como ganadero. Él inició este trabajo en 1985 en La Pachequilla.
Posteriormente sumó a sus esquemas tradicionales de trabajo unos criterios más competitivos en torno a la finca de la carretera de Don Rodrigo, con el objetivo de ser una empresa modelo en la cría de los pura raza española. Se trata de una finca de 25 hectáreas dedicadas íntegramente a la cría del caballo que hoy día representan un orgullo para su dueño y para la población de Utrera.
Estos dos galardones, correspondientes a 2007, se entregarán en septiembre, en vísperas de la Feria de Consolación.
Con anterioridad, recibieron estos conocidos premios de la Orden del Mostachón figuras con una proyección que va mucho más allá de los límites del término municipal, como el entrenador de fútbol Joaquín Caparrós, el jugador José Antonio Reyes, y más recientemente, el cardenal y arzobispo de Sevilla, Carlos Amigo Vallejo, quien se volcó con la ciudad durante el quinto centenario.
