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Muere Calvo Sotelo, el presidente que se enfrentó al 23-F

El ex presidente del Gobierno Leopoldo Calvo Sotelo, el segundo de la democracia española, falleció ayer a los 82 años de un inesperado ataque al corazón, ya que no padecía enfermedad cardíaca y gozaba de buena salud. Calvo Sotelo fue el presidente que sufrió el 23-F y que metió a España en la OTAN. Foto: EFE

el 15 sep 2009 / 04:12 h.

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El ex presidente del Gobierno Leopoldo Calvo Sotelo, el segundo de la democracia española, falleció ayer a los 82 años de un inesperado ataque al corazón, ya que no padecía enfermedad cardíaca y gozaba de buena salud. Calvo Sotelo fue el presidente que sufrió el 23-F y que metió a España en la OTAN.

Los familiares avisaron a los servicios médicos al comprobar que el ex presidente se encontraba mal y con poco pulso. Cuando los facultativos llegaron no pudieron más que certificar su muerte. Había cumplido 82 años el pasado 14 de abril y, según su hijo, no padecía ninguna enfermedad. "Se le ha parado el corazón", dijo.

Calvo Sotelo es el primer presidente de Ejecutivo de la democracia que fallece y está previsto que la capilla ardiente se instale este domingo, en el Congreso de los Diputados. Ha sido el único presidente no elegido en las urnas, ya que en 1981 sustituyó a Adolfo Suárez tras la dimisión de éste. Las luchas intestinas en la UCD provocaron la inestabilidad en su Gobierno, que el 27 de agosto de 1982 quedó disuelto, lo que precipitó las elecciones que, el 28 de octubre de ese año, certificó la llegada al poder de Felipe González impulsado por una aplastante mayoría absoluta.

De Calvo Sotelo se dijo ayer que fue un gran demócrata, un hombre clave de la transición española, un ejemplo de lucha por la libertad o el encargado de unir al centro y a la derecha de corte democrático. Pero para los españoles, Calvo Sotelo pasará a la historia como el presidente del Gobierno que asumió el poder tras la derrota de la intentona golpista del 23-F de 1981 y que firmó el ingreso de España en la OTAN como miembro de pleno derecho. El golpe de Estado del teniente coronel Antonio Tejero tuvo lugar precisamente cuando se realizaba la segunda votación para su designación como presidente.

Como jefe del Gobierno marcó el puente entre la etapa de Adolfo Suárez y la decadencia de la UCD y la que abrió Felipe González con el auge del socialismo. A pesar de estar sólo 21 meses al frente del Ejecutivo -entre febrero de 1981 y diciembre de 1982-, su mandato fue algo más que una mera transición y contribuyó a asentar los cimientos de la democracia.

El golpe militar de Antonio Tejero cuando el Congreso se disponía a aprobar su investidura condicionó su llegada al poder. Fue dos días después cuando quedó proclamado presidente, aunque la inestabilidad del escenario político se prolongó más allá del fracaso de la intentona.

Calvo Sotelo tuvo que hacer frente a momentos de intensa actividad de ETA, que dejó en sus dos años de gobierno cerca de un centenar de víctimas mortales, después de la campaña más sangrienta de 1980, con 132 muertos.

Por el diálogo. Siempre predicó su anhelo de búsqueda del consenso y del diálogo como vía para acabar con el terrorismo, aunque no fue hasta 1987 cuando se firmó el Pacto de Madrid, el primero entre los partidos democráticos. Sí fue testigo del abandono de la lucha armada por ETA Político-Militar VII Asamblea, a la que respondió con generosidad aceptando negociar medidas de gracia para los reinsertados.

Además de firmar el protocolo de adhesión de España a la OTAN en diciembre de 1981, durante su mandato se aprobaron otras medidas de gran calado, como la Ley de Divorcio. También tuvo que afrontar la crisis por la intoxicación del aceite de colza y dar la bienvenida a España al Guernica de Picasso. Ya como presidente en funciones, fue testigo de la primera visita oficial del Papa Juan Pablo II a España y contribuyó a la apertura de la verja de Gibraltar tras 13 años de bloqueo.

Calvo Sotelo descubrió su vocación política de manera tardía, puesto que su formación como ingeniero de Caminos le llevó a desempeñar antes diversos cargos en la empresa privada y pública. Sin embargo, nunca dejó de sentir la política y mantuvo su interés por ella durante la parte final de su vida, con la misma discreción que siempre le caracterizó.

Aunque actualmente no ejercía la política activa, participaba a través de conferencias, artículos o entrevistas, en los debates sociales y políticos. Próximo a las tesis del PP, formación en la que no militaba, en reiteradas ocasiones había pedido el voto para esta formación y ofreció su apoyo a José María Aznar.

Firme creyente del espíritu de la Transición, acudió a todos los actos conmemorativos de la Constitución y ligados al Parlamento y a la Corona, a la que siempre profesó lealtad. Su última aparición pública se produjo el pasado 14 de febrero en un acto organizado por el Fórum Europa, en el que intervino el vicepresidente segundo del Gobierno, Pedro Solbes.

Hombre adusto y de temperamento frío, estaba considerado una persona de gran cultura y poseía varias condecoraciones, como la Gran Cruz del Mérito Civil, la de Carlos III o la Medalla de las Cortes de Aragón. Era además académico de la Real Academia de Ingeniería y de la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas y, desde junio de 2002, era marqués de la Ría de Ribadeo con Grandeza de España. Estaba casado con Pilar Ibáñez-Martín Mellado, hija del que fuera ministro de Educación en la posguerra José Ibáñez-Martín, y era padre de ocho hijos.

Capilla ardiente. En cuanto a las honras fúnebres, la capilla ardiente se instalará hoy en el Congreso de los Diputados a partir de las 9.30 y permanecerá abierta hasta mañana por la mañana. El féretro se colocará en el Salón de Pasos Perdidos, y para dar mayor solemnidad al acto se abrirá la Puerta de los Leones por la que se accede directamente al salón.

Acudirán a la capilla ardiente los Reyes, el presidente del Gobierno, y el líder del PP. También lo harán otros miembros del Gobierno y los presidentes de las altas instituciones. Los restos mortales serán llevados mañana para su entierro a Ribadeo (Lugo), localidad en la que pasó su juventud. El funeral de Estado está previsto que se celebre dentro de tres o cuatro días.

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