Hace diez meses Alejo Pozo, el padre al que le retiraron sus dos hijos gemelos nada más nacer, hacía su última aparición pública. El sábado moría víctima de un cáncer sin lograr cumplir su sueño: recuperar a Ignacio y a Azucena. Lo único que consiguió en más de diez años de lucha fue un régimen de visitas con los dos menores y poder mantener la custodia de Alejandra, la hija que nació poco antes que los gemelos. Su hija mayor, Silvia, también le fue retirada y entregada en adopción y nunca volvió a verla.
Por eso este padre, un albañil de 65 años, no paró de luchar hasta su muerte, porque no quería perder a sus hijos, como le pasó con la mayor. Fue así como logró mantener la custodia de su hija Alejandra, que en la actualidad tiene 12 años, y alcanzar un régimen de visitas con los gemelos, pese a tener 12 sentencias y una resolución a su favor, que no lograron impedir su sufrimiento. Alejo inició un procedimiento contra la Junta que, hasta ahora, ha pagado 60.000 euros en concepto de indemnización.
Una semana antes de su muerte, inició la última: una reclamación de 250.000 euros por el cáncer que sufrió y que él consideraba consecuencia del estrés que ha pasado todos estos años. En total, son ya 2,4 millones de euros los que Alejo acabó reclamando a la Consejería de Igualdad y Bienestar Social. Según explicó ayer su abogado, Gabriel Velamazán, la primera reclamación que se solicitó se fijó en 400 euros por cada día que Alejo estuvo privado de sus hijos. "Lo planteamos así a la Junta porque cuanto antes devolvieran a los niños, menos tendrían que pagar", señaló el letrado. Sin embargo y pese a que la primera resolución contra la consejería se produjo en 202, sólo tres años después del nacimiento de los gemelos, ésta nunca se ejecutó. Así, se fueron acumulando las sentencias y cuando el caso llegó a manos del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA) en 2009 la reclamación ya era de 1'3 millones de euros. De esta cantidad, y pese a que el Consejo Consultivo estableció ya en 2004 que Alejo debería ser indemnizado con 100.000 euros, sólo logró por sentencia 60.000 euros, por lo que su letrado recurrió al Tribunal Supremo.
A este procedimiento, se han unido en vía administrativa la reclamación de 800.000 euros que el abogado planteó por las secuelas tanto de Alejo como su hija "ya que han perdido el 80% de su relación paterno filial". La última es la de 250.000 euros, por las secuelas físicas: el cáncer. El caso de Alejo recuerda a la de Carmen Fernández, que también falleció de cáncer tras haber recuperado sólo a uno de sus hijas. Ella al igual que este padre tampoco pudo ver el resultado, pues el dinero llegó tras su muerte.
«Que paguen todo el daño que me han hecho»
Alejo Pozo falleció con tres obsesiones. La primera era su hija Alejandra, la única de los cuatro que convivía con él. Todo su empeño, según explicó su letrado era que "no le hagan daño". La niña está muy vinculada a sus padrinos y la voluntad expresa de su padre era que "permanezca con ellos", aunque ahora habrá que establecer quién son sus tutores.
La segunda era que su familia se relacione, tanto sus hijos con sus tíos como los hermanos entre sí, de tal forma que no se interrumpa las visitas entre Alejandra y los gemelos, ya que estos incluso asistieron al entierro de su padre.
La tercera era que sus pleitos "siguieran hasta el final", aseguró Velamazán. "Ya me la han hecho, que paguen todo el daño que han hecho. Que paguen lo que tengan que pagar", fue lo que Alejo expresó a su abogado, según relató éste ayer a los periodistas. Por ello, ninguno de los pleitos se retirará.
