Economía

'Nada sería peor que estar en recesión con alto déficit público'

La situación económica española no pasa por su mejor momento, pero aún podría estar peor si no las autoridades no se marcan algunos retos necesarios para que la crisis no siga creciendo como una gran bola de nieve.

el 15 sep 2009 / 18:52 h.

La situación económica española no pasa por su mejor momento, pero aún podría estar peor si no las autoridades no se marcan algunos retos necesarios para que la crisis no siga creciendo como una gran bola de nieve. Uno de los principales, controlar las finanzas públicas, según el director general del Banco de España, José Luis Malo de Molina.

"Nada sería peor que encontrarnos en recesión con déficit público muy voluminoso", apuntó ayer en la conferencia sobre La economía española en un contexto de tensiones financieras que impartió ante decenas de empresarios sevillanos en la sede de la Cámara de Comercio, en la que trató la evolución de la crisis actual española en el contexto internacional y las posibles soluciones para paliarla.

"Cuando se articulan programas de apoyo a los sectores más afectados por la coyuntura o cuando se utiliza la política fiscal para dar soporte a la economía, no hay que perder nunca de vista la necesaria estabilidad de las finanzas públicas", recalcó.

Así, recordó las palabras del gobernador del Banco de España, Miguel Ángel Fernández Ordóñez, que la semana pasada señaló que el próximo año el déficit estatal podría alcanzar el 3%. "Hay poco margen y hay que usarlo para que no nos cree un problema más serio", precisó Malo de Molina.

Entre los otros retos que debe marcarse la economía española, resaltó la importancia de aumentar la productividad a través del desarrollo de la innovación y la educación, además de aplicar mayor flexibilidad "a la economía, para que surjan nuevas oportunidades de negocio". "La agenda de reformas es el instrumento más importante que tienen los Gobiernos para combatir la crisis", añadió.

Otro de los retos planteados por Malo de Molina es el de "frenar" el efecto que tiene el comportamiento del desempleo y recordó que "la velocidad a la que aumentó el desempleo en 1993 fue determinante para la crisis". A este respecto, indicó que "cuanto más empleo se destruya, mayor será el impacto de la crisis para la economía", por lo que respaldó una cierta "flexibilidad" en ciertos aspectos como el salario, la movilidad de la mano de obra o la reasignación del empleo a sectores alternativos.

Asimismo, recordó las circunstancias específicas del ajuste español, "que comenzó antes incluso de que florecieran las hipotecas subprime en EEUU". "Sabíamos que España iba a pasar por una situación difícil, pero no pensamos que ésta sucedería en medio de una crisis de proporciones desconocidas", argumentó.

Por este motivo, destacó que la necesidad de financiación exterior de la economía nacional para salir de la coyuntura no ha podido ser cubierta, "porque si los mercados están parados" no pueden ayudar a España.

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