–¿Qué ha motivado el cambio al castellano tras una larga carrera cantando en inglés?
–Una operación. Me operaron de la garganta y tuve que estar cinco meses sin cantar, muda. Entonces hice una letra en castellano, luego otra...
–¿Se lo planteaba como un reto?
–Fue un reto acabar de hacerlo. Al principio fue como cualquier otro arreglo, como meter unos violines. En castellano mi discurso perdía musicalidad, no sabía cómo cantarlo. Cuando grabé el disco no estaba del todo cómoda, ahora a base de tocar en directo sí me siento muy suelta con el castellano.
–¿Sentía la responsabilidad de tener que cuidar las letras ahora que todo el mundo iba a entenderlas?
–Sí, pero era una responsabilidad en principio hacia mí misma.
–¿Cuánto aportan los músicos y arreglistas a sus composiciones?
–Trabajo con músicos profesionales que me parecen muy buenos componiendo. Para que te hagas una idea, sólo por participar en el disco ya les doy un 25% de la autoría.
–Dice que siempre ha querido huir del pop pero... ¿Puede que éste sea su disco más pop?
–No, Walkabout es sin duda mi disco más pop, con canciones más cerradas. Cuando haces un disco lo que importa es la canción, y el pop tiene eso que te atrapa, lo puedes tararear. Pero por otra parte quiero que musicalmente haya espacio para que los instrumentos se puedan mover y no sea una cosa plana.
–En principio su idea para este disco era hacer algo sencillo, pero las canciones han terminado teniendo más de 100 pistas. ¿Se le fue de las manos?
–Fue por pasar las canciones al piano. Quería hacer algo más seco y rudimentario, pero el piano le dio ese vuelo a las canciones donde todo cabía, empezaron a participar arreglistas, luego fuimos a mezclar a Londres con Peter Walsh...
–¿Qué importancia tuvo la mano de Walsh?
–Toda, porque consiguió que todo sonara. Hizo magia con el disco.
–¿Ha afectado la crisis de la industria discográfica a los presupuestos de grabación?
–Los presupuestos de grabación van en base a las ventas del disco anterior. Con Walkabout vendimos 50.000 copias, suficiente para ahora hacer el disco que yo quería.
–¿En qué estado se encuentra su proyecto con Carlos Jean?
–Nos juntamos cuando nos apetece y él puede. Yo soy la única que no entra en sus planes, porque él tiene un programa de trabajo permanente.
–¿Se siente una privilegiada por poder hacer la música que hace y contar con el apoyo de una multinacional?
–Esto es una carrera de fondo, a largo plazo. Y si tienes la necesidad de contar algo y trabajas sin parar, acaba saliendo. Para vivir del todo de ello te tienes que organizar, pero nunca he sentido que me hayan regalado nada.
–Mójese sobre la SGAE...
–Yo recibo mis derechos de autor por adelantos que me da mi editorial. Nunca he ido a la SGAE, ni tengo ni idea de cómo funciona ni sé cuánto dinero me roban. Es terrible que diga esto haciendo el trabajo que hago, pero no estoy puesta en cómo funciona la SGAE. ¡No sé ni dónde está!
