Naranjo pide colaboración para acelerar los trabajos exhumatorios en la provincia

Arahal, El Castillo de las Guardas, La Algaba, La Campana y Palomares del Río han sido los últimos municipios en incorporarse a las intervenciones de localización de fosas comunes.

el 27 oct 2014 / 21:37 h.

La fosa común de La Algaba se ha incorporado recientemente a los trabajos de la dirección general de Memoria Democrática. La fosa común de La Algaba se ha incorporado recientemente a los trabajos de la dirección general de Memoria Democrática. La ardua tarea de recuperar la memoria histórica localizando los restos de los represaliados por el franquismo requiere «colaboración». Fue la palabra más repetida por el director general de Memoria Democrática de la Junta de Andalucía, Luis Naranjo, en la rueda de prensa ofrecida ayer para informar acerca de los trabajos exhumatorios que se están llevando a cabo en la provincia de Sevilla. Naranjo incidió en que la cooperación entre los familiares de las víctimas, los colectivos memorialistas y los ayuntamientos resulta «fundamental» para situar a Andalucía en la primera línea de la defensa y la recuperación de «nuestra memoria histórica». En este sentido, el director general desgranó los últimos trabajos que, «en un marco de recortes presupuestarios», se encuentran activos en la actualidad en Arahal, El Castillo de las Guardas, La Algaba, La Campana y Palomares del Río, y en cuyas fosas se espera que aparezcan varios centenares de cuerpos. Así, la intervención en Arahal –directa de la dirección general a petición del Ayuntamiento– se centra en localizar la fosa del antiguo cementerio que «hoy es un parque», lo que supone que la fosa esté «muy deteriorada» debido a las actuaciones urbanísticas posteriores. No obstante, Naranjo señaló que se ha delimitado el perímetro de la fosa y que se estima que existan en ella más de un centenar de víctimas. Por otro lado, en el Castillo de las Guardas se está actuando a raíz de la reciente aparición de un cuerpo «con signos de violencia» cuyo cadáver ya ha sido exhumado. La presidenta de la asociación memorialista de la localidad, María Dolores Nepomuceno, presente en el acto, se mostró «satisfecha» con los resultados, dado que «prácticamente ha sido el pueblo el que ha financiado la primera parte de la intervención». Asimismo, en La Algaba existe una fosa relacionada con el antiguo campo de concentración donde, según Naranjo, «la represión fue distinta debido a que no fueron muertes directas por fusilamientos, sino asesinatos a partir de la enfermedad y el hambre», por lo que se estima que también haya más de un centenar de víctimas pendientes de verificación. Una estimación que se repite en la fosa de La Campana, donde se calcula que existan «141 personas desaparecidas» e igualmente relacionadas con la violencia del sistema franquista. Por el momento, se han hallado «ocho cuerpos con indicios de violencia», si bien continuarán las actuaciones «bajo la supervisión de la autoridad judicial competente». Por último, en Palomares del Río se prevén actuaciones en colaboración con el Ayuntamiento que «comenzarán en breve» y que, al igual que las anteriores, consistirán en localizar a personas desaparecidas con motivo del golpe militar y la represión desencadenada. Estas cinco actuaciones abiertas se suman a las ya desarrolladas por la dirección general de Memoria Democrática desde 2012, entre las que se encuentran las de La Puebla de Cazalla, cuyos trabajos de exhumación están en su última fase; Camas, donde recientemente aparecieron los cuerpos de los nueve mineros de la columna de Riotinto; El Madroño, en el que los 30 cuerpos encontrados en la fosa común se exhumarán en breve y La Puebla de los Infantes, municipio en el que, a petición de los familiares, se ha solicitado autorización para exhumar e identificar varios cuerpos a pesar de que el Ayuntamiento, «de manera incomprensible», no haya respondido a dicha petición después de nueve meses.  De ahí que Naranjo insistiese en pedir la colaboración de «quienes se sientan demócratas y defensores de los derechos humanos», y apuntó que, aunque los resultados son «moderadamente positivos, todavía queda mucho por hacer».

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