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Negociar en el peor momento posible

Cuando está a punto de expirar el plazo de tres meses establecido en su día entre la vicepresidenta del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega y el conseller de la Generalitat, Joan Saura para cerrar un acuerdo sobre el nuevo Sistema de Financiación Autonómica, lo único claro que tenemos a estas alturas es que la negociación se ha abierto en el peor momento posible.

el 15 sep 2009 / 18:05 h.

Cuando está a punto de expirar el plazo de tres meses establecido en su día entre la vicepresidenta del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega y el conseller de la Generalitat, Joan Saura para cerrar un acuerdo sobre el nuevo Sistema de Financiación Autonómica, lo único claro que tenemos a estas alturas es que la negociación se ha abierto en el peor momento posible. La adversa coyuntura económica obliga a rebajar las premisas desde las que se partió hasta el punto de que el resultado final está más lleno que nunca de incertidumbres. Ha quedado claro que las circunstancias actuales no ayudan e, incluso, pueden perjudicar de forma extraordinaria a los intereses de las distintas comunidades, tal y como advirtió en su día Felipe González. Una apreciación, por cierto, que fue secundada de inmediato por Manuel Chaves, quien se ganó por ello más de una crítica desde Cataluña. A pesar de todo, se abre camino cierta esperanza en que se llegará a un acuerdo antes de que termine diciembre, tal y como se habían comprometidos unos y otros. Al menos así lo aseguran desde la Moncloa, de modo que habrá que estar atentos.

Menos tensión en el debate De modo que a la espera del resultado final de la ronda de contactos que mantienen todas las partes implicadas, hay otro elemento destacado en este capítulo como es la notable reducción de la tensión territorial que había marcado este debate. De las arremetidas y tirones entre dirigentes de las distintas comunidades se ha pasado a un discreto silencio, factor que está facilitando las negociaciones, lo que hace albergar algunas ilusiones en que todo concluya en un documento sobre la propuesta de financiación. Será entonces cuando tendremos la oportunidad de comprobar hasta qué punto han prosperado las tesis andaluzas al respecto. Hay que recordar que el modelo andaluz coincidía plenamente con el que presentaba Solbes tanto que arrancaba la discusión con Andalucía como principal ariete de Madrid para abrir la discusión. Pasado el tiempo, será muy ilustrativo confirmar si se mantienen los mismos planteamientos o, por el contrario, si se han modificado, tal y como pretendían los catalanes, a la baja, esto es, en contra de los criterios andaluces.

Los frentes de Griñán Complicado y enrevesado asunto el de la Financiación Autonómica, sin olvidar el de la liquidación de la Deuda Histórica, que obliga al vicepresidente Griñán y a los suyos a simultanear las conversaciones con su colega Castells y con el equipo de Solbes con la articulación de medidas para responder a la crisis y, por si fuera poco, con la tramitación de los presupuestos de la Junta para el próximo año. Muchos frentes, en fin, para alguien poco dado a estar en primera fila. Un destacado protagonismo, absolutamente irremediable, si se quiere mantener la iniciativa política en una las etapas más difíciles y delicadas. Una necesaria visibilidad para alguien como Griñán que resulta ser uno de los principales referentes de solvencia y seriedad con los que cuenta Andalucía.

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