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Ni un pelo de tonta

La bellísima empresaria sevillana vuelve a celebrar estos días en Fibes el Salón Internacional de la Moda Flamenca (SIMOF).

el 03 feb 2013 / 19:01 h.

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Bosquejar un retrato de Raquel Revuelta, uno de los personajes más populares e imitados de nuestra ciudad, requiere de un ejercicio previo, una renuncia a los prejuicios que rodean generalmente a las mujeres bellas y con éxito. Su personalidad huye de arquetipos y de esbozos de trazo grueso, aunque en un esfuerzo de condensación podríamos convenir que Raquel tiene una doble faceta -quizá de ahí su dobleerre-, la de guapa oficial de aire ingenuo y la de empresaria feroz.

Programas como Ole tus vídeos o las desternillantes parodias de Paco León en Homo Zapping no le hicieron justicia, aunque sí le reportaron una entrañable popularidad. Ella misma es consciente de que la imagen que se proyecta de ella no se corresponde con la real, es decir, la de una osada emprendedora que dignificó en los noventa el oficio de la moda flamenca y de la organización de eventos. Pero no se alarmen, tampoco a ella le sofoca demasiado. Se lo toma con humor, aunque en el fondo se esfuerza en demostrar que detrás de su cándida sonrisa y su cuerpo de miss -que aún conserva a sus 46 años- se esconde un cerebro de alta ejecutiva.

No se puede emprender un recorrido por la vida de Raquel Revuelta sin mencionar a su mejor amiga, la fortuna. La suerte siempre sonrió a esta sevillana, hija de un conocido neurocirujano de la ciudad, que llegó al mundo de la fama por pura casualidad. En 1989, cuando preparaba sus maletas para marcharse de veraneo después de un periodo en el extranjero para aprender idiomas -habla inglés y alemán-, un amigo le pidió el favor de sustituir en el certamen de Miss Sevilla a una de las concursantes, que se había caído en el último momento. Aunque con ciertos recelos, aceptó teniendo muy claro que no iba a ganar -inexplicable-. Con la idea de tomárselo como una experiencia más, allí se plantó, a sus 22 años, en la antigua discoteca El Coto, acompañada por toda su familia. Ahí empezó a cambiar la vida de Raquel, una chica que había estudiado Turismo, que manejaba idiomas y que se veía trabajando en alguna agencia o en la recepción de un hotel.

Su belleza y su desparpajo le valieron la corona del certamen sevillano y, casi sin darse cuenta, del regional y del nacional. Jamás pensó llegar a convertirse en Miss España. Aún lo estaba asimilando cuando viajó a Los Ángeles, donde participó en Miss Universo. Volvió sin corona, pero con una de las mejores experiencias de su vida.

Aquel cetro le abrió las puertas de Madrid, donde se instaló un tiempo, de la popularidad y de la televisión. María Teresa Campos le dio una oportunidad que supo aprovechar y que despertó su apetito por la pequeña pantalla, un mundo que le fascina y en el que pronto dará alguna sorpresa.

Pero Raquel no estaba dispuesta a ser una miss al uso. A principios de los 90, con Sevilla en plena ebullición pre-Expo, regresó a su tierra y abrió una empresa de azafatas y relaciones públicas que trabajó para la muestra universal. Dobleerre comenzaba despuntar. En 1993 probó suerte con la escuela de moda y relaciones públicas y, poco a poco, su firma fue creciendo, diversificándose y nutriéndose de un competente equipo. Publicaciones como Surrealista (año 2000), punta de lanza del sector editorial de la moda andaluza, o eventos como el Salón Internacional de la Moda Flamenca (SIMOF) -que cumple 19 ediciones- y muchas otras líneas de negocio mantienen hoy a Dobleerre a flote, dando empleo directo a una decena de personas y mirando por encima del hombro a la crisis.

Dicen quienes trabajan con ella que es una jefa humana, que tiene un don para los negocios, una intuición que le hace adelantarse a las oportunidades y una tenacidad con la que convierte en realidad cualquier idea. Perfeccionista hasta la médula, no deja nada al azar. Así ha levantado su imperio.

Pero hay que contarlo todo. Algunos dudan de su capacidad. Vamos, que creen que la niña es tonta, o cuando menos, que sólo es la sonrisa profident que enmascara a un equipo de verdaderos ingenieros financieros que manejan los hilos en Dobleerre. Pero nada más lejos de la realidad. Ni lo es ni se lo hace. Ella es consciente de esta imagen. En el trato directo, Raquel Revuelta gana en espontaneidad, frescura y elocuencia. Sin embargo, cuando se le acerca una cámara o un micrófono, los nervios, sumados al tono de su voz y a su dicción, la traicionan. Siguiendo los consejos de varios expertos, se puso en manos de logopedas y maestros de la interpretación. Y no le ha ido nada mal. Recordemos que quedó finalista en el concurso de monólogos El Club de Flo, para el que se preparó a conciencia, porque, por si le faltaba algo, también es competitiva.

Capítulo aparte merece su aspecto. La genética hace mucho, pero no se engañen, la chica se cuida. ¿Quiere tener su cuerpo? Aquí le damos las claves. Come, y come mucho. No es de quedarse con hambre -le pone de mal humor-. Incluso moja pan. Eso sí, procura llevar una dieta sana, aunque le pierden los bombones de chocolate y los dulces marroquíes. Su secreto, el ejercicio. No para. Es la pequeña y única fémina de tres hermanos, por lo que se crió a la sombra de dos varones traviesos que le transmitieron su pasión por el deporte.

Practica de todo. Natación, baloncesto, pádel, golf, equitación... Y bien que necesita estar en forma para bregar con tres hijos ya adolescentes. Se considera una madraza y siempre ha logrado compaginar su vida pública con la protección de los suyos, lo que no le ha impedido hablar claro de sus sentimientos, sin vivir de ello. Actualmente, tras divorciarse después 15 años de matrimonio, mantiene una discreta relación sentimental con Raúl García El Tato.

Guapa, lista, divertida, madraza, con éxito en los negocios, buena jefa... Sólo ese barniz de chica pava la salva de ser profundamente odiada por la mayoría de las mujeres de esta ciudad. ¿No tiene ningún defecto? Si los tiene, sabe ocultarlos. Quizá, y sólo si puede considerarse como tal, se gasta un buen temperamento, aunque ha ido rebajando su pronto con los años.

Tampoco es una lagarta, como la dibujan las últimas polémicas que se empeñan en enfrentarla con otras modelos y misses a cuenta de SIMOF. María José Suárez, Vicky Martín Berrocal o Laura Sánchez. Oficialmente son grandes amigas. Y en esto, fíjense lo que les digo, no parece que Raquel Revuelta tenga una doble cara.

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