Cultura

Niña de la Puebla: cien años hace que nació y aún vive

Hoy tendría 100 años si viviera. Se llamó Dolores Jiménez Alcántara y un colirio en mal estado la dejó ciega a los pocos días de nacer. Se hizo cantaora y murió cantando por soleá en un escenario en 1999. Foto: EFE.

el 15 sep 2009 / 04:30 h.

Hoy tendría 100 años si viviera. Se llamó Dolores Jiménez Alcántara y un colirio en mal estado la dejó ciega a los pocos días de nacer. Se hizo cantaora y murió cantando por soleá en un escenario en 1999.

Nació Dolores el 28 de julio de 1908 en la Puebla de Cazalla, localidad de la provincia de Sevilla. Su padre se llamó Francisco Jiménez Montesinos y era peluquero de profesión. También era de La Puebla y fue un hombre muy importante en la carrera artística de Dolores, porque fue el autor de casi todas sus letras, entre ellas la de sus primeros campanilleros, 'En los campos de mi Andalucía', su gran éxito discográfico y el cante que la dio a conocer en toda España cuando tenía tan sólo 24 años.

Curiosamente, con el paso de los años, primero por la boda de la artista con el cantaor Luquitas de Marchena, en 1933, que Francisco no aprobó, y después por abandonar a su madre por otra mujer, las relaciones con su padre no terminaron bien, lo que hizo que el hombre terminara vendiendo tabaco en la puerta de un teatro sevillano.

Su madre, María Jesús Alcántara Machado, era natural del pueblo sevillano de Morón de la Frontera y se casó con 15 años de edad. Cantaba muy bien pero nunca actuó en público, según la artista.

A los tres días de ver la luz, una infección en los ojos, que no se le curaba con nada, preocupa a sus padres y la llevaron a un oculista de Sevilla, comenzando ese día el drama de su vida. Le echó un colirio en mal estado y se quedó ciega. "Me hirvieron los ojos", dijo una vez la artista. Sus padres decidieron irse a vivir a Sevilla para que la vieran buenos especialistas, pero ya no hubo manera de devolverle la vista.

Dolores aprendió a leer y a escribir en Madrid y había adquirido un buen nivel cultural. Además, aprendió música. Su padre le compró un piano y le puso un profesor para que la enseñara a tocarlo, ya viviendo en Morón. Francisco Jiménez no quería que su hija cantara en los escenarios, y mucho menos que cobrara por ello. Pero Dolores comenzó a participar en concursos de algunos pueblos de Sevilla y a estudiar los cantes del Niño de Marchena, que ya se había convertido en el ídolo de miles de personas.

Dolores debutó en Sevilla en 1931 y llegó a ser una primera figura, sobre todo cuando en 1932 se editan sus famosos campanilleros, una singular versión de los de Manuel Torre. Se convirtió en empresaria y estuvo años llevando flamenco por el país, en una época muy difícil. Tras estar más de setenta años en los escenarios, al final murió cantando en uno de ellos. Concretamente en el de la Peña Flamenca de Huelva.

La Diputación de Sevilla ha programado conferencias para recordar su vida. Salvo esto, su centenario está pasando inadvertido. Pero su preciosista voz siempre será la de los campos andaluces.

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