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No disparen sobre papaíto

Es urgente sacar a Blas Infante de la melée partidista. Casi tanto como que el andalucismo, como tal, recobre presencia en las instituciones democráticas. El ostracismo electoral al que las principales formaciones del nacionalismo andaluz se han visto reducidas...

el 16 sep 2009 / 06:55 h.

Es urgente sacar a Blas Infante de la melée partidista. Casi tanto como que el andalucismo, como tal, recobre presencia en las instituciones democráticas. El ostracismo electoral al que las principales formaciones del nacionalismo andaluz se han visto reducidas tanto por sus propios errores como por el bipartidismo que no cesa no favorece a sus militantes, pero tampoco favorece a Andalucía.

Resulta admirable, por lo diversa, la sopa de letras que enarbola dicha corriente y que bien podría resumirse en las siglas que hoy domingo convocan una concentración en Sevilla para rememorar a Blas Infante: el Bloque Nacionalista Andaluz, el Colectivo de Unidad de los Trabajadores-Bloque Andaluz de Izquierdas, Juventudes Andalucistas, Nación Andaluza, Partido Andalucista y el Partido Socialista de Andalucía, junto con el Sindicato Andaluz de Trabajadores (SAT). ¿Tantas son sus divergencias para que no les sea posible presentar un frente electoral unitario? ¿Una propuesta conjunta que les permita, al menos, volver a ser lo que fueron, sobre todo si se tiene en cuenta que Unión Progreso y Democracia de Rosa Díez no sólo puede restarles líderes sino sufragios?

Pero no vale que dichas formaciones, como tampoco el PSOE, el PP o IU, pongan a su nombre las escrituras de la personalidad histórica y política de Blas Infante. Todavía hay, a escala estatal y como se demostró durante el debate del nuevo estatuto de autonomía, sobrados detractores de su figura, de su credo y del ser andaluz. También nos convendría la unidad más que la dispersión a la hora de defender su legado, que al cabo, es nuestra herencia cómplice.

Mañana, el Parlamento de Andalucía le brinda un homenaje que ojalá no se convierta en juegos florales de contenido huero y de continente espeso. Sus señorías tienen una oportunidad de oro para instar al Consejo de Gobierno de Andalucía para que presente un recurso general de revisión ante el Tribunal Supremo sobre la vergonzosa sentencia de muerte firmada cuatro años después del asesinato del padre de la patria andaluza. La Ley de Memoria Histórica de 2007 la declaró ilegítima, pero no es nula de pleno derecho y por lo tanto sigue siendo legal. No estaría de más que dicha barbaridad dejara de tener consigo todas las de la ley. Sería el mejor ramo de flores que podríamos depositar sobre la tumba de su hija, Maria Luísa Infante, que falleció hace días sin ver plenamente reparado el nombre de quien le dio vida y nos dio ejemplo.

Convendría que no lo matásemos de nuevo entre todos. Por favor, no disparen sobre papaíto.

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