Vuelve Raphael a Sevilla, apenas tres meses después de su última visita. Lo hará el jueves, día 25, acompañado por su banda y dentro de la gira Lo mejor de mi vida. Ante él tendrá todo el aforo completo del flamante Auditorio de Fibes. 1.800 fueron las entregadas almas que le vitorearon en el Teatro de la Maestranza con parecido programa en junio, en un espectáculo organizado por El Correo de Andalucía. La gesta está al alcance de muy pocos, pero él no se arredra ante el reto porque está convencido de que su público, vuelva cuantas veces vuelva, nunca le va a dejar solo.
-Repite en Sevilla cuando todavía no se ha apagado el recuerdo de su último concierto. ¿Tanto confía en la ciudad?
-Sé que Sevilla siempre va a estar conmigo y estaba planeado desde hacía mucho tiempo que yo debía inaugurar este nuevo espacio, el Auditorio Fibes. Así que este próximo concierto representa una fecha importante para mí. Además, yo no me fijo en si la situación es buena o mala. Lo fácil sería esconderse en casa, pero esa no es mi manera de hacer las cosas.
-¿Qué diferencias habrá de aquel recital a este nuevo?
-Los dos forman parte de la gira Lo mejor de mi vida. Y ahí acaban las similitudes. Este nuevo espectáculo supondrá un gran cambio con respecto al que di en junio en el Maestranza. En primer lugar porque ahora estaré rodeado por mi banda de músicos y no únicamente por un pianista. En segundo, el repertorio será casi totalmente diferente.
-Entonces estuvo tres horas sin descanso en el escenario... ¿Repetirá la hazaña?
-Cuando salgo al escenario sólo sé cuándo he comenzado, pero nunca cuándo voy a terminar. Cambio muchas cosas sobre la marcha. Soy muy intuitivo y depende de cómo yo perciba al público iré en un sentido o en otro. Pero no puedo predecir que va a pasar. Nunca. Jamás.
-¿Puede haber un concierto suyo sin Yo soy aquel, Escándalo o Maravilloso corazón?
-Tengo tantas canciones buenas que si faltan dos se nota y el público sale diciendo que no he cantado tal o cual canción. No soy un artista de 20 éxitos, tengo muchísimos temas que han hecho historia. Además, me gusta recordar las canciones de la primera época, tan inocentes, y tan mías. Pero sinceramente le diré que no es bueno dejar fuera las canciones cumbres.
-Hay fans que dicen que canta usted mejor ahora que hace 20 años...
-Indudablemente he aprendido muchísimo y el tiempo me ha ido enseñando lo que está bien y lo que está mal. Soy un artista mucho más redondo en este momento de mi vida, eso desde luego. Por eso no es que cante ahora mejor, es que ahora todo en general está mejor que antes.
-En su público se cruzan las generaciones. ¿Qué salsa tiene su música para enganchar a gente tan diversa?
-¡Yo no tengo la culpa de eso! Es mérito del público, a quien estoy infinitamente agradecido, que me ha ido pasando de generación en generación. Estoy tan metido en las familias, en las casas de los españoles y de tantos iberoamericanos que, para mí, resulta absolutamente maravilloso, embriagador. No sé cómo lo he conseguido. No lo sé, no...
