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"No sé si me volvería a operar, las tenía chicas pero estupendas"

el 28 ene 2012 / 19:29 h.

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Lourdes Vázquez

Lourdes Vázquez, 27 años, se operó en octubre de 2006, cuando tenía 22, aunque desde los 16 tenía claro que "simplemente quería más talla". Esta administrativa algecireña que ahora vive en Sevilla trabajaba entonces en Valencia y se operó allí, no sin antes escuchar el consabido "estás loca" de su madre. Eso sí, se informó mucho visitando "varias clínicas personalmente" y se quedó con esa "porque fue la que más me gustó, te veía un psicólogo para asegurarse de que no lo hacías por moda, el precio era correcto y me habían hablado bien". Cuando ella se realizó la intervención, las prótesis PIP ya se habían retirado en EEUU y en España algunos cirujanos habían alertado de su alto índice de roturas, pero en su clínica no le ofrecieron varias opciones. "Eran las únicas con la que trabajaban, aunque yo solo sabía el nombre y su procedencia pero me las vendieron como lo más, incluso me dijeron que eran para toda la vida salvo que me diera un golpe fuerte o un accidente".


Todo fue bien, quedó contenta con la operación aunque con una talla algo mayor de la prevista. Sin embargo, reconoce que desde el principio notó unos "bultitos en el canalillo" que en las revisiones le dijeron que "eran normales" y "pinchazos" en el pecho por los que ha ido varias veces a la Seguridad Social y siempre atribuyen a "ansiedad".


Fue hace apenas un mes cuando a través de un amigo que vio la noticia se enteró del problema con las PIP e inmediatamente consultó su carné de prótesis. "Desde entonces no duermo", reconoce. Contactó con su clínica. "Ellos no me han avisado, llamé yo y me dijeron que me tranquilizara y que me hiciera una ecografía que he tenido que pagar yo porque en la Seguridad Social no me la mandan. Y es lo que yo digo, vale que me operé porque quise, pero si yo hubiera fumado y me sale un cáncer sí te atienden". Tras visitar hasta a cuatro especialistas en Sevilla, solo uno le recomendó la extracción y se operará con él en tres semanas. Pagó 4.500 euros por su operación y le costará otros 4.000 quitarse las prótesis PIP y ponerse otras porque, aunque admite que si volviera atrás "no sé si me operaría porque las tenía pequeñas pero estupendas", sí cree que si entonces "no tenía ningún complejo ni problema psicológico, ahora sí lo tendría porque si no te pones otras te tienen que reconstruir el hueco y se te quedan como una pasa, además la operación es peor". Se sumará a la demanda de la asociación de afectadas y cree que hay tres responsables: el fabricante, las clínicas y Sanidad por no hacer el control debido.

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