La actual Oxfam Intermón surge como Intermón en el año 1956 bajo la orden de los Jesuitas con la tarea de cooperar en misiones en India, Bolivia y Paraguay. Inicialmente fue religiosa, pero dos décadas más tarde la organización adquiere una visión revindicativa y y defensora de la justicia, hasta que adopta un estilo laico, trabajando a favor de los cambios sociales en todo el mundo. La entonces Intermón se unió a Oxfam (Oxford Famine) en el año 1997, una organización solidaria contra el hambre en el pueblo griego y en contra de la política del gobierno de Gran Bretaña en los años 40.
La misión fundamental de Oxfam Intermón se concreta en ayuda al desarrollo de forma económica, pero también en forma de protesta pacífica ante prácticas injustas realizadas por los gobiernos. También se centra en la ayuda humanitaria directa en 39 países de África, Asia y América, donde llevan a cabo 76 programas de desarrollo y las acciones de sensibilización ciudadana por todo el mundo.
Esta acción es llevada a cabo dentro de todos los ámbitos de la organización tanto por las personas que trabajan de forma retribuida como por los voluntarios. Mayte Rojas es una de estas personas, voluntaria de una de las 38 tiendas de Comercio Justo que Oxfam Intermón tiene repartidas por España. Mayte se encuentra en la sede de Sevilla, donde cada día atiende a las personas que colaboran a través de su compra responsable, a la vez que se encarga de transmitirles conciencia del voluntario y las acciones que la ONG está llevando a cabo.
¿Por qué y desde cuándo participas como voluntaria con Oxfam Intermón?
Desde niña he estado altamente sensibilizada con los niños y adultos que vivían en las zonas más desfavorecidas del mundo. Mi madre me enseñó a valorar muchísimo las cosas que tenía y la inmensa suerte de haber nacido en un país como este. Con 10 años dediqué mis primeros ahorros a hacerme socia de esta ONG. Ahora que tengo 31, y desde hace muchos años, hago voluntariado de forma activa aunque me encuentre fuera de España. Me gustaría destacar que no es necesario irte a los lugares del mundo más remotos para ayudar, puedes hacerlo en tu propia ciudad, ayudando a personas que por la situación de crisis sufren necesidades. Yo comencé en comedores sociales de Sevilla, ofreciendo a personas de la calle algo caliente que llevarse a la boca. Un voluntariado te lleva al siguiente, después también llevé a cabo acciones con niños en hospitales, además de otras acciones en el extranjero.
¿Cuáles son los programas de voluntariado que existen en Sevilla? ¿En cuál participas?
En Sevilla tenemos tres planes de acción para voluntarios: Profesorado y sensibilización en colegios, Acción Ciudadana mediante protestas en la calle, y Comercio Justo, que es donde yo me encuentro. Podemos participar en cualquiera de las tres áreas si lo deseamos. En la tienda de Comercio Justo de Sevilla, situada en la calle Muñoz Olivé número 5, trabajamos un grupo de unas 30 personas. Nos ponemos en contacto con los viandantes para dar a conocer nuestra labor y los proyectos que llevamos a cabo con las pequeñas cooperativas de campesinos y artesanos que se encuentran en situación de pobreza. En la tienda, al mismo tiempo que vendemos productos responsables que garantizan al fabricante un salario justo, informamos al cliente sobre la región y cooperativa específica a la que va destinado el dinero del producto que está comprando. Entre los productos estrella vendidos en nuestra tienda se encuentran el café o el chocolate artesanal que proviene de pequeñas cooperativas de países como Nepal, Guatemala o Camerún. El cliente extranjero, tanto afincado en Sevilla como turista, es muy importante para el comercio justo. Fuera de España hay mucha más conciencia de un consumo responsable y solidario del que existe en nuestro país.
¿Se atiende de forma directa a algún colectivo o se trabaja en la distancia?
Trabajamos de forma directa, no tenemos intermediarios. Recibimos el producto de una cooperativa de campesinos y artesanos, y ese dinero es para garantizarles que puedan seguir trabajando en la producción. Es tal el detalle que ofrecemos, que en cada etiqueta aparece el país y la cooperativa donde se realiza ese artículo, con su localización y aspectos importantes. También nos desplazamos al terreno para realizar investigaciones, para ver cómo se están logrando las propuestas por las que se trabajan.
¿Te resulta fácil ejercer el voluntariado?
A mí me resulta muy fácil, y no por mi formación, sino por la iniciativa. He trabajado siempre de cara al público, por lo que creo que me desenvuelvo bien con la gente y con el cliente. Es una acción que me hace sentir bien.
¿Te pagan los gastos que se puedan ocasionar?
No, claro que no. Ni recibo salario alguno, ni me pagan los gastos que conlleve realizar mi voluntariado o alguna otra actividad. Sabes que tu acción es altruista desde el principio. Sí que escuché la idea de que se considerase como tiempo cotizado el dedicado al voluntariado, cosa que veo perfecta.
¿Qué te aporta el voluntariado?
Este voluntariado me aporta bienestar personal, conocer a otro tipo de personas que si no fuera de esta forma sería muy difícil haberlas descubierto, ser consecuente con mis valores personales y consumir de forma responsable no dependiendo del consumo masivo e innecesario que se va filtrando cada día en nuestras cabezas. Todos decimos que nuestras vidas no serían las mismas sin hacer voluntariado.
¿Cómo ves tu futuro? ¿Te ves ejerciendo tu voluntariado?
Mi futuro lo veo yendo a contracorriente, trabajando en una ONG por los derechos humanos, dando luz social a situaciones que aún en España se consideran tabúes como la violencia de género y protegiendo a los más débiles. Me veo sacando tiempo para hacer proyectos de forma voluntaria, y para sensibilizar a mayores y pequeños, que es en realidad el inicio del cambio en los países occidentales. Seguiré colaborando con el equipo de voluntarios que cada día hace posible que la tienda de Comercio Justo de Oxfam Intermón abra sus puertas en la ciudad de Sevilla.
