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No ver a tus hijos, un daño que no tiene precio

Un padre reclama una indemnización millonaria por no haber vuelto a tener contacto con sus hijos desde que fue acusado falsamente de violar a su exmujer, cargo del que ha sido absuelto.

el 04 abr 2011 / 18:45 h.

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José posa junto a los abogados que llevan el caso, Enrique Carraspilla y Luis Romero

Hace ya más de ocho años que José González Medina, natural de Dos Hermanas, lucha por una causa que parece complicarse con el paso del tiempo: recuperar su derecho al contacto con sus hijos, con los que no ha mantenido una comunicación desde el año 2003. "Moriré luchando por recuperarlos, eso es seguro", dijo ante los periodistas congregados ayer en la rueda de prensa en la que José compareció junto a sus abogados, Enrique Carraspilla y Luis Romero, para dar a conocer las últimas novedades de su caso.

El calvario de José comenzó en el año 2003 cuando su ex mujer interpuso una demanda contra él en el juzgado de Dos Hermanas, por la que se le acusó de un falso delito de violación, una acusación que lleva a sus espaldas y que ha supuesto un daño moral "irreparable". "No entiendo por qué tengo que aguantar que me llamen algo que no soy", dijo José.

La sentencia número 972/2009 emitida en el año 2009 por la Sala Segunda de lo Penal del Tribunal Supremo de Madrid proclama la inocencia de José González, así como la vulneración de su derechos de presunción de inocencia y de contacto con sus hijos.

Se cuestiona además el testimonio de la demandante y se toman en cuenta las declaraciones que atestiguaban "la intención de separación de ella" y el deseo "de apartar a José de sus hijos". Aún a sabiendas de que ya ha sido declarado inocente, José asegura: "No he ganado nada. Sigo sin tener lo que quiero. Me duele que se haya utilizado a los niños como moneda de cambio".

Tras la denuncia de su ex mujer, José comienza un largo proceso judicial que le obliga a enfrentarse a la Justicia en busca de la verdad y la recuperación de sus seres más queridos. "Yo he tenido que luchar por mi inocencia cuando lo lógico es que la demandante estuviera obligada a demostrar mi culpabilidad". Los abogados del caso, Luis Romero y Enrique Carraspilla, aseguran que "se ha vulnerado el derecho de presunción de inocencia de José. La Fiscalía siempre ha estado en favor de la parte demandante, defendiendo su culpabilidad y poniendo obstáculos para el encuentro entre José y sus hijos". Obstáculos que tienen que ver con los puntos de encuentro familiares, que siempre resultaron estar saturados, o la negativa de los niños a ver a su padre, "una negativa infundida por la madre, por lo que mis hijos ya no quieren verme". La propuesta de un punto de encuentro alternativo, fuera de la ciudad y sin saturaciones, "también fue denegada por la Fiscalía", comentó Luis Romero, abogado.

En el año 2006, José tuvo una leve esperanza de justicia gracias a un auto en el que se dictó un encuentro con sus hijos. "Pero no quisieron verme". En 2010, se produjo un nuevo "intento" de encuentro que también fracasó. "Estuve tres minutos con mi hijo. Me dijo que era un mal padre y que no me quería ver. La niña ni siquiera entró", comentó afligido a los periodistas. Después, se suspendieron las visitas.

En la actualidad, José ha formulado una reclamación patrimonial ante el Ministerio de Justicia por la que exige, por un lado, el pago del daño causado por la violación de la presunción de inocencia, con 1.096.000 euros por hijo, y en segundo lugar, el pago de los daños morales ocasionados al no poder ver a sus hijos durante tanto tiempo, con una cuantía de 540.000 euros. Sobre la posibilidad de un acercamiento a su hijo mayor, que en la actualidad es mayor de edad quedando así fuera del régimen establecido por la ley, José afirmó: "No podré verlo mientras siga viviendo con su madre. Esto es muy triste."

José ha rehecho su vida y cuenta con una nueva esposa que "me ayuda y me da ánimos, pero estoy en tratamiento psicológico. Al mayor ya lo he perdido y mi hija no tendrá muy buen recuerdo de mi". De igual manera, José lamentó "estar pendiente de una Justicia que nunca llega. Me siento impotente y totalmente frustrado, solo y abandonado por el sistema judicial".

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