Cultura

Nos quedamos sin Parrilla de La Rinconá

Ahora sabrá el mundo quién fue Manuel Zambrano de la Fuente, Parrilla de La Rinconá. Sus amigos lo hemos sabido siempre. Era un hombre bueno, generoso, amigo de sus amigos y un aficionado tan grande como la Catedral de Sevilla.

el 16 sep 2009 / 06:49 h.

Ahora sabrá el mundo quién fue Manuel Zambrano de la Fuente, Parrilla de La Rinconá. Sus amigos lo hemos sabido siempre. Era un hombre bueno, generoso, amigo de sus amigos y un aficionado tan grande como la Catedral de Sevilla. Sólo había que entrar en su casa de La Rinconada para darse cuenta de que allí vivía un loco del cante, en el buen sentido. Vivió enterrado en discos, cintas, fotografías, carteles, libros y documentos de flamenco. Tenía de toda clase de aparatos para grabar programas de radio y televisión. Su despacho parecía el de un espía del KGB, aunque no fue un hombre de estudios. El pasado lunes dejó de existir este ser humano sin parangón, el bueno de Parrilla, al que siempre voy a llevar en el alma. Ante tan dolorosa e irreparable pérdida, sólo me queda el consuelo de saber que los genios del arte le habrán recibido con los brazos abiertos allá en el altito cielo.

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