Las aguas en el PP de Madrid siguen más que revueltas. El secretario general del partido en Madrid, Francisco Granados, indicó ayer que "respeta y acata en todos sus términos" la sanción de un año de suspensión de militancia al vicealcalde de Madrid, Manuel Cobo -mano derecha del regidor, Alberto Ruiz Gallardón-, por lo que considera que tiene que ser sustituido en su puesto. Para a continuación decir que la persona que reúne todas las características para ser portavoz del grupo municipal popular en el Ayuntamiento de Madrid es Ana Botella.
A preguntas de los periodistas, y a la espera de que el Comité de Derechos y Garantías del PP comunique oficialmente "los términos" en que se ha producido la sanción a Cobo por sus declaraciones públicas contra Esperanza Aguirre, Granados reiteró que en el PP de Madrid ni están satisfechos ni se alegran porque "no es una buena noticia" que un afiliado se vea sometido a una sanción. En su intervención, el secretario general del PP madrileño citó el Reglamento de Organización y Funcionamiento de los Grupos Municipales del partido que dice en su artículo 28.4 que "la pérdida de la condición de afiliado al PP producirá automáticamente su exclusión del Grupo Municipal". Quien pierde su condición de afiliado, resumió Granados, "no puede formar parte" del grupo municipal. Consideró además que la persona que "reúne todas las características" para relevar a Cobo al frente de la portavocía del grupo popular de Madrid es Ana Botella, segunda teniente de alcalde y delegada de Medio Ambiente.
El otro sancionado por el PP, Ricardo Costa, sin embargo, tiene más apoyos públicos. El coordinador general del PPCV y alcalde de Castellón, Alberto Fabra, aseguró ayer "respetar" la decisión del Comité Nacional de Derechos y Garantías del PP, pero dijo que si su futuro depende de "la gente de la Comunidad Valenciana" será "tan prometedor como su línea de trabajo hacía ver en los últimos años".
