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Obama trata de evitar ‘in extremis’ la parálisis del Gobierno

Demócratas y republicanos no llegan a un acuerdo sobre los presupuestos.

el 08 abr 2011 / 19:25 h.

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El presidente de EEUU, Barack Obama.

La Casa Blanca y el Congreso trabajaban -al cierre de esta edición- a contrarreloj con el fin de desbloquear las negociaciones sobre el Presupuesto y evitar el cierre de la Administración que afectaría a 800.000 de funcionarios. Hoy vence el plazo para la aprobación de las cuentas de 2011, que están congeladas por la Cámara de Representantes del Congreso, de mayoría conservadora.

La situación es tan grave que Nueva York podría verse obligada a cerrar la Estatua de la Libertad, los parques nacionales cerrarían, el Servicio de Hacienda interrumpiría las devoluciones de impuestos por correo y los funcionarios se quedarían sin cobrar. En definitiva, la Administración quedaría paralizada.

El presidente de EEUU, Barack Obama, y los líderes de ambas cámaras no consiguieron llegar a un acuerdo en la reunión mantenida en la madrugada del jueves, mientras los negociadores demócratas y republicanos trataban de cerrar un pacto sobre la financiación del Gobierno para el resto del año fiscal que termina el 30 de septiembre. Asesores demócratas indicaron que ambas partes no coinciden en el deseo republicano de incluir las restricciones al control de natalidad en el pacto, mientras que los conservadores apuntaron que las diferencias se mantienen sobre unos 4.500 millones de euros en recortes que habría que aplicar a los actuales niveles de gasto.

"Desgraciadamente aún no hay un acuerdo", reconoció ayer el número dos de los demócratas en la Cámara de Representantes, Steny Hoyer, a la NBC. "Creo que estamos muy cerca y hemos recorrido el 70% del camino en términos de dólares, lo que significa mucho en el intento por sellar un compromiso", destacó. "Sólo hay una razón para que no tengamos un acuerdo aún y esa cuestión es el gasto", subrayó por su parte el presidente de la Cámara de Representantes, el republicano John Boehner, en declaraciones a la prensa. "Estamos cerca de una solución en lo que se refiere a las cuestiones políticas", precisó.

Según el líder de la mayoría demócrata en el Senado, Harry Reid, los negociadores ya han llegado a un acuerdo para que se lleven a cabo recortes por 26.4000 millones de euros y la cuestión pendiente es el deseo de los republicanos de eliminar los fondos federales para Planned Parenthood, un grupo de planificación familiar que practica la mayoría de los abortos en el país. "Los republicanos quieren cerrar el Gobierno porque piensan que no hay nada más importante que evitar que las mujeres puedan realizarse exámenes para detectar cáncer. Esto es indefendible y todo el mundo debería estar indignado", señaló en el Senado.

Sin un acuerdo sobre el gasto para los próximos seis meses, el dinero para que pueda funcionar el Gobierno se agotará este fin de semana y las agencias, como el Servicio Interno de Rentas Públicas, iniciaría un cierre parcial. La Casa Blanca precisó que el cierre supondría el paro para 800.000 funcionarios gubernamentales y afectaría seriamente a la recuperación económica del país. Servicios vitales como la defensa, las fuerzas de seguridad, la atención médica de urgencia y el control del tráfico aéreo estarían garantizados.

El enfrentamiento es el mayor envite al liderazgo de Obama desde que los republicanos se hicieron con el control de la Cámara de Representantes del Congreso en las elecciones del pasado noviembre. Asimismo, trae consigo enormes riesgos tanto para demócratas como para republicanos, que podrían ser considerados como incapaces de lograr compromisos por sus votantes.

Obama ha mantenido cuatro encuentros con Boehner y Reid en los últimos tres días. Tras la reunión de la madrugada del jueves, el presidente reconoció que todavía había algunas "cuestiones difíciles" por resolver, aunque no dio detalles. Las esperanzas de un acuerdo se han visto aplastadas repetidamente y ambas partes se han acusado mutuamente de actuar con fines políticos. Boehner está siendo presionado por el Tea Party, que contribuyó en gran medida al buen resultado electoral de los republicanos con la promesa de recortar el gasto y reducir la Administración.

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