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"Ofrecemos celebrar el cumpleaños en el Arqueológico en vez de en McDonald’s"

Es una de las tres ‘piezas’ que dan forma a Engranajes culturales, una idea con la que acercan el patrimonio a todos los públicos bajo una óptica distinta.

el 01 dic 2012 / 20:49 h.

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Sergio Raya, Óscar Hernández y Dolores Lobillo, en la iglesia del Hospital de la Caridad, uno de los espacios donde realizan visitas guiadas.

Un máster de gestión cultural fue la semilla que germinó en un nuevo concepto de empresa vinculada a la cultura para todos, pero poniendo por delante que no debe estar subvencionada. Tiene un valor y, por tanto, un precio. Otra visión de industria cultural que intenta implantar Engranajes culturales, una marca que están levantando con pasión y empeño Dolores Lobillo (Málaga, 1977), Sergio Raya (Granada, 1982) y Óscar Hernández (Alanís, Sevilla, 1976). El 22 de diciembre cumplen 4 años.

-¿Cuál es su filosofía?
-Queremos transmitir conocimiento a la sociedad pero creando herramientas críticas para comprender mejor la cultura y el patrimonio. Queremos ser intermediarios entre el conocimiento de altura y la gente de la calle, para enseñar a leer el arte, a hacerse preguntas ante una pintura y ofrecer visiones transversales de un mismo espacio. Que se pueda ir muchas veces al Museo de Bellas Artes y cada vez veas un museo distinto.

-¿Cómo se animan a activar esta maquinaria?
-Fue una amiga la que nos animó a participar en un concurso de iniciativa emprendedora de la Universidad de Sevilla. Había que presentar un plan de negocio y nos veía con perfil emprendedor. Nos presentamos porque acabábamos de terminar el máster y, aunque no ganamos, vimos que era un proyecto viable. Luego, ganamos tres concursos.

-¿Las mayores dificultades con las que se han topado?
-La primera, la gran mentira de las ayudas públicas a los emprendedores. No hablamos de ayudas económicas, sino de un apoyo real que facilite su trabajo al emprendedor. Somos autónomos y este sistema en España es desastroso, porque para empezar pagas 300 euros al mes cuando el volumen de facturación es variable. En otros países las cuotas se pagan en proporción a tu facturación. Así, emprendería más gente porque montar una empresa conlleva muchos gastos.

-¿No sopesaron la fórmula de la cooperativa?
-A nivel fiscal no lo vimos claro. Luchamos contra el falso asociacionismo en cultura, que se utiliza a veces para no pagar el IVA o camuflar la Seguridad Social. Queríamos ser una empresa como las demás porque la cultura también es industria, aunque blanca, que no echa humo ni contamina. Seguro que con otra fórmula ganaríamos más dinero. A ver, las asociaciones culturales son fundamentales, pero tienen otros fines. El nuestro es crear riqueza y empleo.

-¿En qué áreas trabajan?
-Podemos hablar de dos pilares: la educación y la difusión del patrimonio. Trabajamos con centros educativos organizando visitas a museos como el Arqueológico y Bellas Artes, o actividades en el Alcázar. Para niños de tres años tenemos una actividad para que tengan su primera experiencia en un museo, sepan para qué sirve, quién trabaja ahí... Hicimos en verano visitas nocturnas a Itálica, que tuvieron mucho éxito. En colaboración con espacios públicos o semipúblicos organizamos visitas al Hospital de la Caridad, al Bellas Artes y ahora empezamos la programación de Navidad en la Caridad, la Catedral y San Isidoro del Campo (Santiponce), que incluye un taller de mazapán. Toda la información está en la web www.engranajesculturales.com y en los teléfonos 954043851 y 675682212.

-¿Nuevas iniciativas?
-Acabamos de poner en marcha la posibilidad de celebrar el cumpleaños en el Museo Arqueológico. Queremos cambiar el concepto de la fiesta de cumpleaños. Y, aunque competimos con el McDonald's y Puerto Perico, hay un público de padres que no sólo buscan la diversión. La propuesta que hacemos es que descubran cómo celebraban los romanos su cumpleaños, con una cuentacuentos que narra historias de la mitología romana, con ofrendas a los dioses lares y juegos tradicionales con los que los romanos celebraban sus cumpleaños. Si desde pequeño creas recuerdos positivos de un lugar, de mayor te identificas con él.

-Al necesitar de espacios públicos o semi-públicos ¿Cuál es la respuesta de las administraciones? ¿Hay recelo?
-Si son entidades privadas, mientras pagues tienes las puertas abiertas. Las públicas sí son un tanto recelosas. Es cierto que de seis meses para acá ha habido un cambio importante de actitud y están dispuestos a escuchar propuestas y abrir vías de colaboración. El hecho de que nuestras actividades sean de pago y tengan que ceder un espacio público generaba al principio cierta reticencia porque fuimos pioneros en pedir esa colaboración. Muchos proyectos se han quedado en el tintero, pero el camino de una cultura privada es más difícil, no hay modelo referente. Hay recelo a que ganemos dinero, pero ellos tienen asegurado el sueldo a final de mes y son espacios públicos.

-Porque esperar dinero de las administraciones teniendo hoy día las arcas vacías...
-Cuando iniciamos la empresa en 2008 ya había crisis. Ya sabíamos que la Administración no iba a ser un cliente. Teníamos que reinventarnos y acudir directamente al particular. Lo bueno es que podemos hacer lo que queramos y tenemos el derecho a equivocarnos. No estamos a favor de la cultura gratis, sí libre. Creemos que hay que desviar el consumo de otras cosas hacia lo cultural. Hablamos de consumo y clientes sin complejos. A una persona que no va al teatro porque 20 euros le parece caro pero luego va al fútbol, hay que hacerle ver que eso cuesta dinero. La dificultad de acceso a la cultura no viene determinada por lo económico, es solo un factor, es que mucha gente no sabe que puede acceder a la cultura.

–¿Da para comer?
–Hay épocas mejores y peores. Hemos surgido en un momento duro, pero van creciendo los números.

–Se critica la oferta cultural de Sevilla ¿con o sin razón?
–Sin razón. El público puede ser diferente al de Barcelona o Madrid, pero ya quisieran muchas ciudades tener la oferta de aquí. A Sevilla lo que le falta es información cultural, está muy dispersa, no hay una plataforma donde buscar todas las actividades. Se echa en falta la cooperación entre administraciones y más ahora, que hace falta ahorrar.

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