Después de más de ocho años ocupado de manera ilegal, el emblemático molino de La Aceña será desalojado. De este modo, un edificio que pertenece al patrimonio de todos los alcalareños, y presenta un lamentable estado de conservación, podrá ser recuperado.
La decisión fue unánime en el último pleno: el molino debe quedar desalojado. Por ello, el Ayuntamiento de Alcalá de Guadaíra dio orden la pasada semana de ejercer las acciones judiciales necesarias para el desahucio definitivo del molino. Este edificio está habitado por un matrimonio desde 2000. El molino fue rehabilitado junto a otros edificios del río dentro del programa de recuperación del río Guadaíra, pero, sin embargo, según fuentes municipales, su ocupación provocó el deterioro tanto del inmueble como de su bello entorno.
La pareja que lo ocupa habita en él como si de una granja se tratase y crían todo tipo de animales domésticos: patos, perros, conejos, cerdos... También siembran en los alrededores y viven de forma permanente en el edificio, sin que hasta el momento la Policía Nacional haya conseguido desalojarlos, pues se niegan a marcharse alegando que no tienen otro lugar donde vivir.
La decisión del equipo de gobierno (PSOE) contó con el apoyo expreso del grupo municipal del PP, que pidió que se agilizaran los trámites, al tiempo que censuró que esta medida no se haya tomado antes. "Después de ocho años de ocupación, los trámites serán más difíciles", corroboraron desde las filas populares. En este sentido, también demandaron al PSOE que aproveche para mejorar el camino de acceso al molino y su entorno.
Patrimonio . El molino en cuestión se encuentra situado a un kilómetro del casco urbano y es el primero por la margen izquierda del cauce a su paso por el término municipal. Posee una interesante edificación de ladrillo, formada por una torre almenada de dos cuerpos y una nave completamente cubierta por una bóveda de cañón. El primer cuerpo de la citada torre está formado por un gran espacio cuadrangular cerrado por cúpula.
La parte antigua del recinto, todavía reconocible, pudo construirse en un momento avanzado de la baja Edad Media, otorgando al molino los detalles mudéjares actualmente visibles. Esta torre presenta una planta ligeramente rectangular con un remate de terraza almenada. En cada paño del segundo cuerpo se sitúan dos ventanas.
Cabe destacar su torre, que tiene 10 metros de alto por 5,6 de ancho, construida a base de mortero prensado (cal y grava) y rematada por un conjunto de 22 merlones, de los que hoy se pueden contemplar muy pocos.
En el interior de su poderosa nave se encuentran cuatro paradas con sus cuatro pares de piedras de molino. Posee una azuda de 30 metros de longitud, con un dique de contención, además de un embarcadero.
Su propietario durante toda la Edad Media fue el monasterio de Santa María de las Cuevas. Como anécdota cabe destacar que en 1684 las crecidas del río se llevaron todos los pertrechos de muchos molinos y éste no fue menos. De hecho, el agua casi llegó a cubrirlo por completo. Todavía hoy puede verse un azulejo en su torre que marca el lugar hasta donde llegó el agua en 1783.
