Cultura

Otra de toros bajo mínimos

El toro, en este caso de la ganadería de Valdefresno, volvió a fallar en la Feria de Sevilla, cuya corrida apenas arroja un balance artístico de cosas sueltas y de escaso contenido.

el 15 sep 2009 / 02:40 h.

El toro, en este caso de la ganadería de Valdefresno, volvió a fallar en la Feria de Sevilla, cuya corrida de hoy apenas arroja un balance artístico de cosas sueltas y de escaso contenido.

FICHA DEL FESTEJO.- Cinco toros de Valdefresno, bien presentados y de poco juego con la excepción del tercero que tuvo un buen pitón derecho y fue aplaudido en el arrastre. También "sirvió" el cuarto por ese lado. Pero ninguno de los dos duraron lo suficiente. El segundo, un sobrero del Conde de la Maza, complicado.

Antonio Barrera: dos pinchazos y estocada (silencio); y buena estocada (ovación).

Matías Tejela: pinchazo y media (silencio); y dos pinchazos y estocada desprendida (silencio).

Pedro Gutiérrez "El Capea": estocada (ovación); y estocada (silencio).

En cuadrillas, destacó con "los palos" en el tercero Juan José Rueda "El Ruso", que al desmonterarse invitó a compartir los aplausos a su compañero José Andrés Gonzalo.

La plaza tuvo algo más de media entrada en tarde soleada y agradable.

La feria no levanta cabeza, fundamentalmente por culpa del ganado. Y eso que hoy, como cada tarde, ha saltado algún toro válido. Pero no se trata de justificar nada con el conocido dicho de "cuando hay toro falta torero, y viceversa", entre otras cosas porque ese toro -concretado en el tercero, y en cierto modo en el cuarto- tampoco ha sido completo.

Los toreros que tuvieron enfrente, "El Capea" y Antonio Barrera, respectivamente, estuvieron entregados y en cierto modo inspirados, mas sin cubrir ese tramo final de faena decisivo para redondear el triunfo. Y aquí el debe hay que ponérselo de nuevo a los toros, en este caso de Valdefresno.

Un Antonio Barrera que apenas pudo lucir en el que abrió plaza a pesar de la voluntad de embestir que tenía el animal, sin embargo muy limitado por sus escasas fuerzas.

En el cuarto, con el que Barrera estuvo en apuros al citarlo de rodillas para una larga cambiada pegado a tablas -cayendo y quedando a merced del toro, que por fortuna no hizo por él-, lo más importante fue el comienzo de faena con la muleta, doblándose con mando y poderío, un pasaje emotivo y artístico que tuvo continuidad en el toreo por la derecha. Notable esfuerzo del torero al que no correspondió el toro, que viéndose vencido acabó rehuyendo la pelea.

Tejela cargó con el sobrero del Conde de la Maza, que sabía siempre dónde estaba el hombre, revolviéndose en un palmo. Se ponía por delante, viniéndose cruzado por el pitón derecho, y aunque al natural se tragaba los muletazos de uno en uno, tampoco era de fiar por ahí. Lo bueno es que el torero no se arrugó aún sin redondear faena. Y en el quinto, un toro parado y que escarbó mucho, descompuesto y topón, lo intentó de nuevo Tejela, pero sin poder ir más allá de las probaturas, con un breve y eficaz trasteo por la cara.

"El Capea" firmó los mejores muletazos de la tarde, al tercero, un toro que peleó bien en varas y que llegó alegre y repetidor a la muleta. Faena a más, creciendo las series no sólo en el número de pases sino en la firmeza del trazo, el ajuste, el temple y la ligazón.

Sin embargo, faltó el calor de la música por ese extraño comportamiento que suele tener la banda con los toreros que no son de la tierra, quitándole "ambiente" a la faena. Hubo no obstante alguna laguna, desarme incluido, en un final a menos ya sin la colaboración del astado cuando el torero se echó la muleta a la izquierda. Con la espada fue un cañón. Y al final, dos ovaciones, tanto al toro en el arrastre, como al torero al salir a los medios.

Con el manso y deslucido sexto, que buscó continuamente las tablas, "El Capea" estuvo lo que se dice voluntarioso.

Y mañana "los victorinos", más esperados que nunca como remedio al desastre ganadero que afecta al primer tramo de la feria. Victorino Martín, sus toros, lo tienen fácil.

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