Las autoridades de Río de Janeiro confirmaron ayer que la muerte de un niño de doce años fue causada por el dengue, enfermedad infecciosa que tiene a los hospitales de la ciudad en emergencia y que se calcula que ya han contraído unas 36.000 personas.
Con la muerte de este niño, la lista oficial de fallecidos por causa de ese mal tropical asciende a 49, pues las autoridades han retirado, al menos por el momento, los casos de una mujer embarazada de ocho meses y su bebé, que falleció dentro del vientre por "dengue materno".
Según la Secretaría de Salud de Río de Janeiro, el diagnóstico de dengue materno como causa del fallecimiento del bebé debe ser "revisado".
Sobre la muerte de la mujer, que los médicos del hospital en que falleció atribuyeron al dengue, las autoridades sanitarias dijeron hoy que en realidad fue por una "infección generalizada", cuyo origen aún debe ser esclarecido.
Con la muerte del niño hoy, son ya 26 los menores de catorce años que han perdido la vida tras ser picados por el mosquito "aedes aegypti", que transmite tanto el dengue como la fiebre amarilla.
El ministro de Salud, José Gomes Temporao, ha convocado a las autoridades sanitarias federales del estado de Río de Janeiro y de la municipalidad de la ciudad, para una reunión que se realizará mañana, en la que se intentará definir una estrategia de combate a la enfermedad y al mosquito.
Por su parte, el ministro de Defensa, Nelson Jobim, ha dicho que las Fuerzas Armadas pueden incorporarse de inmediato a tareas de fumigación, como lo hicieron en Brasilia en enero pasado, cuando en los alrededores de la capital hubo un fuerte brote de fiebre amarilla.
Según Jobim, el Ejército también puede montar hospitales de campaña para atender a los numerosos enfermos y colaborar así con la red de salud pública, que está absolutamente colapsada por el aluvión de pacientes que recibe cada día.
La peor situación se presentó el pasado jueves, cuando fueron registrados 2.053 casos de dengue, lo que supuso un alarmante promedio de 1,4 por minuto.
