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Palop, orgulloso seis años después de la conquista de Glasgow

"Recordar aquello deber servir para dar entidad y fuerza al equipo y demostrar que eso que ya se consiguió una vez, se puede volver a repetir", dice el valenciano.

el 16 may 2013 / 16:28 h.

RCD ESPANYOL VS SEVILLA FC Palop fue el héroe de la final. 16 de mayo de 2007. Una fecha que todos los sevillistas tienen marcada a fuego, junto a un nombre propio, el de Andrés Palop. Seis años se cumplen de la hazaña en Glasgow, donde el Sevilla FC conquistó su segunda Copa de la UEFA consecutiva al imponerse, en la tanda de penaltis, al Espanyol. Un partido, un campeonato y, especialmente, una eliminatoria -ante el Shakhtar Donetsk- en los que el guardameta nervionense se erigió como protagonista. “Me siento halagado -comentó el portero a los micrófonos de SFC Radio-. Es bonito que te recuerden por algo. Es cierto que en ese campeonato hubo momentos puntuales importantes, sobre todo aquel gol al Shakhtar, y luego en la final en aquella tanda de penaltis. Y eso se le queda marcado a la gente. Pero bueno, había que ponerle un nombre a esa UEFA para distinguirla de la primera, la de Eindhoven, y ya está. Es un halago, pero son títulos y triunfos del sevillismo y del club”. Y es que para el futbolista, que se recuerde esta efeméride “es todo un orgullo. Son finales que se jugaron y, de ganarlas como se ganó, era tocar el cielo. Uno siente mucha alegría, pero también nostalgia, porque siempre gusta vivir cosas así. Pero es algo que quedará para la historia y para recordarlo en días como el de hoy. Que el sevillismo tenga en su mente que el club ha conseguido títulos importantes y que ha crecido muchísimo, encadenando una racha de triunfos y títulos magistral”. Lo difícil, para el protagonista, es describir sus sensaciones en aquella carrera que emprendió hacia la afición sevillista después de parar el último penalti de la tanda: “Ufff, durante el partido pasamos dificultades, porque incluso con un hombre menos nos empataron. Y ya para los penaltis estaba muy concentrado, sabía que podía ayudar, pero temía que a mis compañeros les hubiera afectado en demasía ese golpe del empate. Y cuando paré ese último lanzamiento tuve una sensación de placer indescriptible, de que la copa volvía a ser nuestra. Sólo quería celebrarlo con nuestra afición, que había sufrido tanto”. Títulos que se valoran cada día más, comentó Andrés Palop, “pero son ciclos de la vida y de los equipos. No hace mucho, sólo tres años, levantábamos una Copa del Rey, no está tan lejos, aunque se vea así. Aunque lo cierto es que aquella etapa fue gloriosa y eso sólo está al alcance de equipos muy importantes a nivel mundial. Y eso hay que darle su justo sitio y valor. A partir de ahí, tiene que servir para dar al equipo entidad y fuerza para saber que ya se consiguió una vez y que se puede volver a repetir”.

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