Mientras Andalucía recibe las competencias del Guadalquivir, promueve ayudas para las energías renovables, se discuten las ayudas al algodón o se abren vías para la investigación médica, en Izquierda Unida se preocupan por ver quién sobrevive a la enésima pelea o en rebautizar la Navidad. Creo que la clase trabajadora está muy preocupada por si gana Valderas o Caballero, por si Sánchez Gordillo impone su chantaje o si Felipe Alcaraz puede seguir en el machito. Los pobres del mundo contienen el aliento. La famélica legión expectante. El último que apague la luz.
Fernando Santiago
