Rafael Nadal, el mejor tenista del mundo, dijo en Oviedo que el año 2008 ha sido "con diferencia" el "más especial" de su carrera deportiva, en el que entre otros éxitos ha logrado proclamarse campeón olímpico y ser distinguido con el Premio Príncipe de Asturias de los Deportes.
El jugador recibe hoy de manos de Don Felipe de Borbón el galardón durante la ceremonia de entrega de los Premios Príncipe de Asturias, encabezando el orden de recogida de los ocho galardones, ya que el mallorquín será el primero en subir al escenario del Teatro Campoamor.
"Ya he dicho en varias ocasiones que, fuera de las pistas, para mí el Premio Príncipe de Asturias es el más importante que me pueden dar", reiteró el tenista durante su intervención en la rueda de prensa. La comparecencia ante los medios tuvo lugar ayer por la tarde después de que el jugador se entrenara en las instalaciones de la Federación de Tenis del Principado, en La Morgal, en las proximidades de Oviedo, y apenas dos horas antes de su asistencia a un acto con un millar de niños en la Universidad Laboral de Gijón.
"Personalmente estoy muy agradecido a quienes me han propuesto y votado para conseguir este premio", dijo el balear, que tuvo un recuerdo para el resto de aspirantes en una edición "muy especial" por los éxitos deportivos logrados, entre los que apuntó los correspondientes al deporte español.
El galardón del Premio Príncipe de Asturias de los Deportes adquiere para Nadal una trascendencia que supera el ámbito "deportivo", y que también tiene un significado "humano".
En relación a su llegada al número uno del tenis mundial, el mallorquín confesó que "ya era feliz cuando ocupaba el número dos", y que si se sitúa otra vez en ese puesto del ránking, de nuevo volverá a serlo.
A la pregunta formulada por un periodista sobre si le hubiera gustado compartir el premio con el suizo Roger Federer, al que ha desbancado del liderato, respondió que "está claro que Federer se merece este premio como mínimo igual que yo". "Compartirlo con él hubiera sido un honor", confesó quien se convierte en el cuarto tenista que inscribe su nombre en el libro de honor de este galardón, después de la estadounidense Martina Navratilova, ganadora en 1994; la española Arantxa Sánchez Vicario, en 1998, y la alemana Steffi Graf, en 1999. Nadal negó sentirse presionado por ser el actual número uno mundial, y anunció su deseo de seguir preparándose para el próximo año con un "buen entreno" en el mes de diciembre.
El jugador, llegó ayer a Oviedo, donde fue recibido con aplausos por las varias decenas de personas que aguardaban su entrada al hotel de la Reconquista.
