Las previsiones apuntan a un verano poco caluroso como el del año pasado. Así lo anunció ayer la Consejería de Salud, que presentó el Plan de Prevención contra los Efectos de las Altas Temperaturas, un programa que entrará en vigor el próximo 1 de junio y se mantendrá activo hasta el 30 de septiembre. Dentro de este plan, Salud prestará atención en la época estival a unas 9.000 personas -es una estimación de los datos del año pasado, cuando fueron identificadas 8.750; el censo de este año aún está por hacer-.
Se trata de personas que podrían encontrarse en situación de riesgo o vulnerabilidad por el calor, sobre todo por tratarse de mayores de 65 años que viven solos, en situaciones a veces poco adecuadas para protegerse del calor y que padecen alguna patología crónica de riesgo (como diabetes o hipertensión). El seguimiento a estas personas lo realizará la enfermería de enlace desde cada centro de salud. Según explicó la consejera María Jesús Montero, "este sistema permitió el año pasado que tres pacientes pudieran ser atendidos a tiempo por los dispositivos de cuidados críticos y urgencias".
Montero realizó un balance del año pasado y destacó los seis ingresos por golpe de calor del pasado año frente a los 15 de 2006, así como las 14 hospitalizaciones por agravamiento de las patologías de base en 2007, frente a las 151 ingresos en 2006.
Recomendaciones. Entre las recomendaciones para el próximo verano, Salud pidió evitar las actividades físicas entre las 11.00 y las 17.00 horas; vestir ropa ligera, de color claro y amplia; cerrar las ventanas y cortinas en fachadas expuestas al sol; beber abundantes líquidos y ducharse varias veces al día. Salud recordó la existencia de un teléfono gratuito (902 505 060) y de su página web (www.juntadeandalucia.es/salud), para encontrar más información.
