Economía

París y Berlín exigen un nuevo Tratado para la UE aunque no incluya a todos

Merkel y Sarkozy abogan por incluir multas automáticas para los países endeudados y el líder galo claudica y renuncia a los eurobonos.

el 05 dic 2011 / 14:46 h.

La hoja de ruta que marcarán las dos locomotoras europeas, Francia y Alemania, para salvar la moneda única quedó ayer más que fijada. Y por primera vez, dejaron clara una cosa: no hacen falta todos los que están en la UE si con ello se rescata del naufragio al euro. Además, los que se queden tendrán que hacerlo bajo la atenta mirada de los más poderosos, esto es, de los países que dirigen Nicolas Sarkozy y Angela Merkel, que estarán vigilantes de que se cumplen las cuentas y de que el déficit no se dispare. ¿En qué se traduce todo ello? En una reforma del Tratado de la UE para incluir sanciones automáticas contra los países que superen los límites de déficit y deuda previstos en el Pacto de Estabilidad como receta para restablecer la confianza y poner fin a la crisis de deuda. Es decir, unidad fiscal a costa de soberanía nacional. Las dos velocidades, pues, se imponen en el seno de la Unión.

Eso fue lo que acordaron ayer los dos mandatarios en la reunión que mantuvieron en el Elíseo. Sarkozy y Merkel presentarán sus propuestas para que se aprueben en la cumbre del 8 y 9 de diciembre y se ratifiquen lo antes posible. "El Consejo Europeo del jueves y viernes permitirá restablecer en parte la confianza y mostrar que cumplimos nuestros compromisos", explicó la canciller alemana al término de la reunión.

Los dos mandatarios dijeron que prefieren que la reforma se haga incluyendo a los 27 Estados miembros, pero dejaron claro que si algún país plantea problemas, los 17 países de la Eurozona avanzarán en solitario. No obstante, el nuevo Tratado se mantendrá abierto para aquellos que quieran sumarse en el futuro. "Queremos modificar los Tratados con los 27. Pero si hay alguien que no quiere o no puede hacerlo, en ese caso preferimos actuar a 17 (de la Eurozona) porque el euro es esencial", insistió Merkel.

En la actualidad, el Tratado exige una mayoría cualificada de votos de los Estados miembros para lanzar un procedimiento sancionador por déficit excesivo. Los dos mandatarios quieren modificarlos para que las multas se activen de forma automática a propuesta de la Comisión salvo si hay una mayoría cualificada de votos en contra.
Francia y Alemania reiteraron que todos los países de la Eurozona deberán incluir una "regla de oro" en sus respectivas Constituciones para garantizar el equilibrio presupuestario, como ya ha hecho España. Los Tribunales Constitucionales de cada país deberán vigilar que los presupuestos nacionales se ajusten al tratado, aunque la reforma de este dará competencias al Tribunal de Justicia de Luxemburgo para revisar si son suficientemente estrictos.

Fondo de rescate. El presidente francés y la canciller alemana reclamaron además que se adelante a 2012, en lugar de 2013 como estaba inicialmente previsto, la entrada en funcionamiento del fondo de rescate permanente para países endeudados, que tendrá más flexibilidad para actuar porque no funciona únicamente con garantías sino también con capital desembolsado. Asimismo, las decisiones para activar las ayudas del fondo ya no se tomarán por unanimidad sino por una mayoría cualificada que reúna el 85% de los votos. También hubo un mensaje de calma a los mercados. Sarkozy y Merkel resaltaron que el caso de Grecia es "particular" y único" y que en el futuro sólo se pedirá a la banca que asuma pérdidas sobre los bonos de la Eurozona en casos excepcionales, siguiendo las prácticas del Fondo Monetario Internacional (FMI).

"No podemos comparar una gran economía como la economía italiana o la economía española, con lo que ha pasado en Grecia. Lo que queremos es decir a los ahorradores del mundo entero que en Europa la regla es que se reembolsan las deudas. Se reduce el déficit, se vuelve al crecimiento y se reembolsan las deudas", insistió Sarkozy. "Hay que dejar claro que una emisión de un Estado de la Zona Euro no es menos segura que una emisión de otro Estado del mundo. Hay que convencer de que se trata de una inversión segura", incidió Merkel.

En cuanto al papel del Banco Central Europeo, el presidente francés reiteró que los líderes europeos respetan su independencia y de que no le darán instrucciones ni en positivo ni en negativo. De este modo, Sarkozy cedió ante Merkel y se sumó a su rechazo a la emisión de eurobonos como receta para combatir la crisis. "No son en ningún caso una solución a la crisis", dijo.

Merkel y Sarkozy acordaron además que los líderes de la Eurozona se reúnan una vez al mes hasta que se resuelva la crisis de deuda. Los dos mandatarios enviarán mañana sus propuestas al presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, para lograr que reciban el respaldo del resto de líderes europeos en la cumbre del 9 de diciembre.

Y a pesar de todo, los mercados siguen al acecho. La agencia de calificación crediticia Standard and Poor's avisó ayer a Alemania y otros cinco países de la Eurozona de que su máxima nota peligra y podría ser rebajada debido a la crisis crediticia que azota la región.

Según Financial Times, la agencia estadounidense anunciará que coloca el rating de Alemania, Francia, Holanda, Austria, Finlandia y Luxemburgo [los seis países del euro que aún tienen la máxima calificación] en "perspectiva negativa", lo que significa que existe un 50% de posibilidades de que se produzca una rebaja de la nota en 90 días.
De este modo, la agencia considera que la crisis de deuda que comenzó en países considerados como periféricos afectará también al núcleo duro del euro.

Por su lado, el próximo presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, se entrevistará el próximo jueves con Sarkozy y Merkel en el marco de la cumbre y el congreso que celebrará el Partido Popular Europeo (PPE) en Marsella. Durante su intervención, Rajoy volverá a garantizar que España es un país fiable que cumplirá con los objetivos de déficit marcados por la UE. Pero también defenderá que las instituciones comunitarias tienen que hacer sus deberes para poner fin a la crisis de deuda soberana de la Zona Euro.

Además, mañana se reunirá con el secretario de Estado del Tesoro de Estados Unidos, Timothy Geithner, quien se desplazará a Marsella en el marco de una gira que inicia hoy por Europa para analizar con sus colegas europeos los esfuerzos que se están haciendo para reforzar las instituciones de la UE.

Mientras tanto, Italia vivió ayer el día después del anuncio de sus recortes. El primer ministro transalpino, Mario Monti, aseguró que sin el paquete de medidas aprobado el domingo, Italia "se derrumbaría, con una situación similar a Grecia", un país hacia el cual expresó sus simpatías, pero al que "no hay que imitar". Monti subrayó también que, respecto a la reducción de los gastos de los políticos, el Gobierno "está sólo al principio" aunque precisó que "actuarán bien, más allá de lo hecho ayer [por el domingo]", cuando anunció que renunciaba a su sueldo.

Así, destacó que el Gobierno "es una encarnación del espíritu de la Constitución" con figuras "técnicas que desaparecerán de la escena" política cuando hayan terminado "su deber". No obstante, subrayó que no cree que su Ejecutivo "tenga las manos atadas" con respecto al Parlamento más que "otros gobiernos".

Alegría en las bolsas. La reunión de Merkozy tuvo su impacto positivo en los parqués. Así, el Íbex 35 se anotó una subida del 1,72% que le impulsó a la cota de los 8.700 puntos. El selectivo selló la sesión en los 8.705 enteros, apoyado en las ganancias de la mayoría de valores, sobre todo de pesos pesados como BBVA (2,74%) y Santander (2,52%).

El optimismo de los inversores tras el encuentro relajó las primas de riesgo de España (296 puntos) e Italia (381 puntos) al cierre. En el resto de principales plazas del Viejo Continente también cundieron las compras, pero en menor medida que en Madrid y Milán (2,9%). París sumó un 1,3%, y Fráncfort y Londres, en torno al 0,4%.

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