La mejor receta para que un edificio no se deteriore a marchas forzadas es su apertura al público. Eso es lo que opina el delegado de Urbanismo, Medio Ambiente y Parques y Jardines, Maximiliano Vílchez, quien en una entrevista con este periódico anunció que en diciembre se abrirá al público parte de la antigua Fábrica de Artillería de Eduardo Dato.
Según explicó el responsable de Urbanismo, a mediados de este mes de febrero terminará una intervención sobre una de las zonas del histórico edificio que ha costado 150.000 euros, unos trabajos de conservación que empezaron el pasado año. Una vez que acaben estas obras, el Ayuntamiento licitará por 300.000 euros otras «actuaciones urgentes en las cubiertas», según Vílchez. Eso se producirá, según su calendario, en el mes de marzo, por lo que se prevé que a final de año se pueda dar vía libre a las visitas. «Queremos que esté abierto en diciembre de este año», aclaró el delegado de Urbanismo.
En concreto, la zona que se podrá visitar será la calle central del edificio y una de las naves, «para que se vayan visitando y el sevillano lo conozca, porque este edificio es uno de los grandes desconocidos de la ciudad», señaló Vílchez, quien comentó que le habían enseñado una maqueta de 1780 «y es impresionante».
Eso sí, esta apertura al público se hará «con el menor coste posible» y pretende «que no se pierdan elementos arquitectónicos».
«Si hay movimiento parece que los edificios se deterioran menos, se conservan mejor. Se habla mucho de las Atarazanas, que fue edificio público hasta hace relativamente poco, y se conoce, pero en Artillería no se sabe qué hay dentro», reiteró Maximiliano Vílchez.
A su juicio, la Fábrica de Artillería es un bien «desconocido que puede crear una gran riqueza para la ciudad desde todos los puntos de vista: patrimonial, cultural, turístico
». «Son casi 25.000 metros cuadros y tiene unas linternas arriba, que se tratan ahora de conservar, que no hay dos iguales, que son impresionantes. La gente va a Barcelona a ver terrazas de casas de Gaudí y estoy seguro de que cuando se abran éstas estarán en todas las rutas turísticas de la ciudad», apostó.
Lo cierto es que hasta ahora el Gobierno de Juan Ignacio Zoido había sido muy criticado por el uso que estaba dando a la antigua fábrica. El pasado octubre, el consejo de Gobierno de la Gerencia de Urbanismo decidió trasladar a la Fábrica de Artillería, un monumento catalogado como Bien de Interés Cultural (BIC), una serie de enseres embargados hace años a un local de restauración que ya no cabían en la nave del polígono Store en la que se habían guardado, así como enseres que no se vendieron de la subasta del hotel Alfonso XIII.
Y no era la primera vez que el edificio se emplea para tales fines. En diciembre de 2011 el Gobierno local ya aprobó el uso de este emblemático recinto para guardar vehículos y materiales de los Bomberos mientras duraran las obras de remodelación del cercano parque central de San Bernardo.
La Junta de Andalucía llegó a oponerse, pero no pudo evitarlo porque no iban a realizarse obras, la única medida que la administración podría haber paralizado.
Un informe realizado por el departamento de Edificios Municipales de mayo de 2011 avisó de deficiencias en el estado de conservación del monumento, con ejemplos como que «el techo del castillete de acceso a la escalera de las cubiertas presenta riesgo de caída en la zona de relleno intermedio, con desprendimiento material de acabado y ladrillo macizo de la formación del abovedado». Desde entonces nada más se ha dicho de su estado.
