La actriz española durante la presentación de 'Nine' en Londres.
Una radiante Penélope Cruz presentó hoy en Londres su último filme, el musical "Nine", cinta dirigida por el cineasta Rob Marshall y que, según la crítica, podría suponer la tercera nominación a los Óscar de Hollywood para la española. Sin embargo, la madrileña confesó hoy a Efe que, en estos momentos, no piensa en esa posibilidad y que lo único que espera es "que la película funcione bien y que la gente la disfrute".
"No puedo pensar en los Óscar, si aún no me creo que me hayan dado uno. A veces lo miro y creo que es uno de esos de juguete que te regalan los amigos", indicó Cruz en tono jocoso.
De hacerse finalmente realidad esa candidatura, sería la tercera vez que la actriz pelea por una estatuilla.
Este año, Cruz hizo historia al convertirse en la primera española en ganar un Óscar como mejor actriz secundaria por su papel en "Vicky Cristina Barcelona" (2008), bajo la batuta de Woody Allen y después de lograr la primera nominación dos años antes con "Volver", de Pedro Almodóvar.
A pesar de la tranquilidad que, aparentemente, puede aportarle el reconocimiento de Hollywood, Penélope Cruz asegura que siempre que comienza un nuevo rodaje continúa sintiendo una "cierta inseguridad" ante lo desconocido.
"Cuando empiezo una película -explica- tengo la sensación de que es la primera vez que lo hago, todo me parece raro e incluso tengo la sensación de que estás en un trabajo en el que te pueden despedir".
Después de haber tocado todos los géneros, desde el drama a la comedia, pasando por el suspense, Penélope Cruz se adentra ahora con "Nine" en un terreno tan arriesgado como el de los musicales dando vida a Carla, la amante del director italiano de cine Guido Contini.
"Mi mayor miedo era cantar en público y bailar un tipo de danza muy diferente a la que había aprendido cuando era pequeña", reconoce Cruz, que hará las delicias de los espectadores con uno de los bailes más subidos de tono de la cinta.
Junto a la española aterrizaron también en Londres el director de la misma, Rob Marshall, así como el resto del reparto, que incluye nombres de la talla de Daniel Day-Lewis, Nicole Kidman o Judi Dench, entre otros.
"Nine", que se estrena en EEUU el próximo 18 de diciembre y llegará a España en enero, es una adaptación del musical de Brodway homónimo que, a su vez, se inspiró en el legendario filme "8 1/2" (1963), del italiano Federico Fellini.
La trama gira en torno a la profunda crisis de identidad en la que Guido Contini (Daniel Day-Lewis) se ve inmerso cuando se dispone a iniciar su novena y última película.
Rodeado siempre por mujeres, Contini busca la inspiración entre su mujer (Marion Cotillard), su amante (Penélope Cruz), su musa (Nicole Kidman), su confidente (Judi Dench) y su madre (Sophia Loren).
Según señaló a Efe el aclamado director de la cinta, Rob Marshall, que en 2002 logró seis Óscar con "Chicago", el protagonista "está sumido en una crisis personal tan enorme que llega a perder su capacidad para crear".
Preguntado si él mismo se ha sentido identificado con el personaje de Contini, Marshall afirmó que, hasta ahora, no ha experimentado esas sensaciones en su propia carne, y que espera que no le ocurra nunca.
"Sin embargo, sí siento cierta empatía ante ese sentimiento de meterse en algo y no saber cómo empezar", agregó el cineasta.
Sobre la carrera hacia los Óscar, Marshall mostró la misma cautela que Cruz y aseguró: "Sería un regalo si se produjera, pero no me lo quiero plantear, de momento".
Además del extraordinario cartel con el que cuenta, "Nine" supone también el último guión adaptado por el cineasta británico Anthony Minghella, fallecido en marzo de 2008.
"Era un gran amigo y nos dejó un guión genial", recuerda Marshall, que añade: "le estoy muy agradecido y espero que, allá donde esté, esté orgulloso de esta película".
La enorme responsabilidad de aceptar el papel de Guido, considerado por muchos la representación cinematográfica del propio Fellini e interpretado inicialmente por Marcello Mastroiani, ha recaído sobre el británico Daniel Day-Lewis, quien aseguró a Efe que decidió "tomar el personaje de una forma totalmente irresponsable".
"Espero que Fellini no se revuelva en su tumba por lo que voy a decir -bromeó Day-Lewis-, pero si no me hubiera acercado a Guido así, el sentimiento de deber me habría paralizado tanto a mí como a la película en general".
