Cultura

Perera pasea la única oreja en una ruinosa corrida de Torrealta

El extremeño Miguel Ángel Perera paseó ayer tarde una oreja con petición de la segunda en la primera parte del sexto festejo de la Feria de Almería, levantando de esta forma una tarde que discurrió bajo la senda del aburrimiento.

el 16 sep 2009 / 07:47 h.

El extremeño Miguel Ángel Perera paseó ayer tarde una oreja con petición de la segunda en la primera parte del sexto festejo de la Feria de Almería, levantando de esta forma una tarde que discurrió bajo la senda del aburrimiento, condicionada por el nulo juego de una corrida de Torrealta sin raza ni fuerza en los astados, según informa el portal especializado Burladero.com.

Por su parte, la lectura que se hacía desde Mundotoro.com era la de que el Palco privó a Perera de abrir la Puerta Grande pese a que el matador estuvo muy por encima de su lote.

Perera sorteó un ejemplar terciado al que cuajó un buen saludo de capa a pies juntos, con temple. El toro ya mostró entonces su poca fuerza, por lo que apenas fue picado y Miguel Ángel Perera le dio sitio para iniciar la faena en los medios y con varios cambiados ajustados por la espalda.

Le dio sitio Perera, que en la primera serie lo llevó más en línea, para darle confianza al de Torrealta, que a veces se fue parando, perdiendo alguna mano y, pese a su buena condición, no terminó de entregarse.

Mejor resultó la segunda serie sobre la diestra y, sobre todo, el toreo al natural, donde el torero extremeño dejó muletazos de gran calado en varias series. El final con circulares y arrimón y una buena estocada pusieron en sus manos un trofeo, el único de una tarde mala.

Antes del concurso de Perera, Morante de La Puebla se había estrellado con un primero que ya le enganchó en el capote, que se defendió por ambas manos por la falta de fuerza y que se paró ya en la primera serie de una faena que no pudo tomar vuelo. Como resultado, el torero sevillano, que sigue su progresión tras su reciente cornada, se fue de vacío de su concurso en el coso almeriense, cosechando saludos en ambos toros.

Tampoco tuvo éxito alguno el trasteo de José María Manzanares, que se topó en el lote con un toro suelto de salida e inválido después, con el que apenas pudo construir una serie dentro de un trasteo alargado en exceso sin motivo. Lo mejor fue la estocada, aunque la lidia tampoco había dado como para que se pensara en ningún premio.

El desrazado quinto, que salió como sobrero tras haberse descoordinado en una voltereta el titular, no le permitió tampoco lucimiento alguno. No obstante, el alicantino lo intentó siempre en una faena de largo metraje.

Al final, se fue como Morante, con sendas ovaciones y el sabor amargo por unos toros que no estuvieron a la altura.

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