Hay gente que ha conseguido obtener un reconocimiento literario siendo ágrafa; eso le sucedió durante muchos años a José Luis Ortiz Nuevo, al que todo el mundo llamaba el Poeta sin que se le conociera una sola poesía; pero esa rareza, que hasta ahora sólo había sido atributo de los genios, es lo que parece querer normalizar el nuevo plan de la carrera de Periodismo eliminando del currículo el estudio de la Literatura; técnicamente pues el periodista no tendría por qué ser escritor.
Yo no sé qué idea tendrán en Europa sobre la incompatibilidad entre esa cualidad y la de periodista, pero aquí, en Sevilla, ambas aptitudes corrieron parejas desde hace más de dos siglos.
A bote pronto me salen Bécquer, Blanco White, Antonio Burgos, Cansinos Assens, Chaves Nogales, Chaves Rey, Paco Correal, Eva Díaz, Manuel Ferrand, José M. Izquierdo, José Montoto, José Nogales, Antonio Ramos, José M. Requena, Romero Murube, Nicolás Salas, José A. Vázquez...
La mayoría no habría brillado en el Periodismo sin una formación literaria. Claro que, a lo mejor, de aquí en adelante, la figura de periodista será la que ha creado la prensa del corazón rosa, futbolero o amarillo y ahí sí, ahí lo literario resulta tan surrealista como la purga de Cansinos por el Ministerio de la Gobernación franquista: quedó invalidado para ejercer de periodista "por ser judío y llevar una vida rara".
Antonio Zoido es escritor e historiador
