Cultura

Pesimismo en verso

La desolación y el pesimismo que siempre habían latido en la poesía de Ángel González se acentuaron en sus últimos años de vida, como queda patente en el libro 'Nada grave' que ahora se publica. Un libro compuesto por un conjunto de poemas breves y desgarradores en los que el escritor mantiene "un diálogo extremo con la nada". (Foto: El Correo).

el 15 sep 2009 / 04:55 h.

La desolación y el pesimismo que siempre habían latido en la poesía de Ángel González se acentuaron en sus últimos años de vida, como queda patente en el libro 'Nada grave' que ahora se publica, un conjunto de poemas breves y desgarradores en los que el escritor mantiene "un diálogo extremo con la nada".

Editado por Visor dentro de su excelente colección Palabra de Honor, este poemario póstumo sale el lunes de la imprenta y contiene 28 poemas que González había ido escribiendo tras la aparición en 2001 de su último libro, 'Otoño y otras luces'. Los había compuesto sin querer hablar de ellos casi con nadie, dado el pesimismo extremo de esos versos. "La poesía de Ángel González nace desde el principio de un sedimento pesimista. La guerra y la derrota marcaron su vida, el horizonte de un mundo que rompe cualquier código de esperanza", afirma el poeta Luis García Montero, responsable, junto con Chus Visor, de la edición de Nada grave, nueve de cuyos poemas ya habían sido publicados en diferentes revistas.

Desde la dedicatoria - Sin ti la poesía/ ya no me dice nada,/ y nada tengo que decirle a ella./ La única palabra/ que entiendo y que pronuncio/ es ésta/ que con todo mi amor hoy te dedico:/ nada.- queda claro el tono de las últimas composiciones de González, fallecido el pasado 12 de enero a los 82 años y considerado uno de los grandes poetas de la literatura hispánica contemporánea.

"En estos poemas el pesimismo se une a la conciencia de la vejez y la enfermedad, a la intuición de la muerte y a la pérdida de entusiasmo por la poesía y por las cosas que le ataban a la vida. El Ángel de los últimos años fue una persona silenciosa, que hacía del vitalismo una negociación difícil con la lucidez y la tristeza", señala García Montero, gran amigo del poeta ovetense.

El escritor granadino conocía bien la existencia de esos poemas y, de hecho, el pasado verano González le pidió que revisara lo que llevaba escrito y hablaron de publicarlos "en la nueva colección de Visor". Al morir el autor de 'Áspero mundo', su viuda, Susana Rivera, y García Montero buscaron en el ordenador de González "los archivos de dos libros en marcha. Un almanaque, muy juguetón, en tono de poesía infantil y juvenil, sobre los meses del año (llegó a componer nueve poemas), y el libro oscuro, serio, de 'Nada grave', título que ya le había dado en el número de homenaje de la revista Litoral".

"Tanto la he llamado, tanto/ he suplicado su asistencia,/ que ahora,/ cuando apenas tengo ya voz para llamarla,/ casi lo que más temo es que al fin venga./ No me vuelva a dar la vida", dice González en el poema 'Quizá mejor ya no', uno de los seis aparecidos en 'Litoral' y rescatados ahora.

El poeta José Manuel Caballero Bonald explica las posibles razones del pesimismo que mostraba su gran amigo y compañero de generación: "Ángel tuvo sus problemas sentimentales en la última etapa de su vida, atravesó por una grave depresión. Pero eso nos ocurre a todos alguna que otra vez, y más si se piensa en que los años ya no perdonan... Andar por el arrabal de la senectud es una cabronada", asegura.

"Ángel y yo hablábamos muy poco de literatura y mucho menos de proyectos futuros, entre otras cosas porque cada vez nos quedaba menos futuro", comenta Caballero Bonald, quien no está seguro de que González hubiera querido publicar los poemas de Nada grave. "Muchos de ellos son como esbozos, como bocetos, ideas para un poema que a lo mejor nunca se iba a escribir".

García Montero cree que González "tenía la intención de publicar" los poemas de Nada grave, aunque, "de seguir vivo, hubiera añadido algunos más. Pero todos los que tenía en la carpeta los daba por concluidos, pese a su brevedad". "Son poemas muy serios, tristes, pero poesía de primera calidad", subraya.

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