Bangladesh hizo una llamada desesperada de ayuda a la comunidad internacional para socorrer a los millones de damnificados por el ciclón Sidr, que sobreviven con falta de agua potable, comida y refugios y ante el temor de un brote de epidemias.
Aunque el recuento oficial de muertos es de más de 3.000, el secretario general de la Media Luna Roja, Abdur Rob, dijo que la cifra podría aumentar todavía mucho, hasta los diez mil, mientras que un delegado de la ONG cifró en siete millones los afectados.
"Estamos haciendo todo cuanto podemos, pero la magnitud de la calamidad ha sido demasiado grande", manifestó el ministro bengalí de Asuntos Exteriores, Iftekhar Ahmed Chowdhury, que se mostró confiado en que el país recibirá asistencia internacional en una "hora de necesidad". Y es que el ciclón arrasó el jueves las costas de Bangladesh con vientos de 233 kilómetros por hora que causaron una crecida del océano de cinco metros y destruyeron miles de viviendas. De hecho, el ciclón arrasó unas 600.000 viviendas, según Miguel Urkía, un enviado español de Cruz Roja.
La Media Luna Roja y el Gobierno de Dhaka alertaron de que las víctimas se enfrentan al riesgo de epidemias por las malas condiciones sanitarias. "El riesgo existe y estamos trabajando sobre terreno para evitarlo", aseguró un delegado de la organización.
Mientras, en el exterior, la Comisión Europea anunció la concesión de cinco millones más en ayuda humanitaria de emergencia en favor de las víctimas del ciclón que asoló Bangladesh.
