Local

Piden expulsar a un profesor por pegar y poner motes racistas a sus alumnos

Educación ha pedido la suspensión de empleo y sueldo -la mayor sanción a un funcionario- para un profesor del instituto Diamantino García Acosta, en La Plata, por poner motes xenófobos a sus alumnos y abofetear a dos de ellos.

el 14 sep 2009 / 23:36 h.

TAGS:

Educación ha pedido la suspensión de empleo y sueldo -la mayor sanción a un funcionario- para un profesor del instituto Diamantino García Acosta, en La Plata, por poner motes xenófobos a sus alumnos y abofetear a dos de ellos. La delegación le ha abierto un expediente y ha solicitado su expulsión cautelar hasta que la consejería evalúe el caso.

El profesor expedientado es un interino de 57 años que antes había sido marino mercante y que lleva dos cursos dando clases de Física y Química en el instituto Diamantino García Acosta, ubicado entre los barrios de La Plata y Rochelambert.

La Delegación de Educación le abrió el expediente cuando abofeteó a un chaval de 15 años, hace dos semanas, y le adjuntó la denuncia de otra alumna a la que había pegado en el culo porque, según dijo, "a las niñas malas hay que darles en el culo". Pero hacía año y medio que Educación venía escuchando quejas graves contra el docente.

El curso pasado, los alumnos de dos clases de ESO firmaron una queja contra él y se la entregaron al director. Decían que el profesor usaba motes racistas y machistas con sus estudiantes. Se refería a un alumno negro como "el negrito", a la niña oriental le cantaba "chinita tú, chinito yo", a un marroquí le decía "hachís" o "ketama", al obeso "gordo" y a un joven afeminado le gritaba "maripili".

"Decía que les llama así porque no recuerda sus nombres. Para él era como una broma", explica el director, Manuel Gotor. Pero cuando el profesor se enfurecía, gritaba e insultaba con violencia a los chavales. "Al marroquí le dijo que se fuera en patera, llamó golfa a una chica y maricón a otro porque tenía el latiguillo de decir mi arma", aseguran en la delegación.

Por los mismos insultos que usaba el profesor, a los alumnos les habrían expulsado del centro. Así que la dirección redactó un informe: "Este hombre no reúne el perfil para tratar a un alumnado como el nuestro. Su estilo choca con un instituto tan complejo como éste".

La inspección docente se citó varias veces con el profesor, pero él explicó que insultaba a los chicos porque ellos le insultaban a él. "Usted es el docente y no puede hablar como si estuviera en la calle", le dijeron. No lo aceptó. "Se comportaba como un adolescente, no como un adulto". Por último, enviaron al inspector médico para que averiguara si el profesor sufría algún desequilibrio psíquico debido al estrés, pero no detectó nada.

Todo tenía que terminar con el fin de curso porque el profesor era interino, pero este año volvieron a destinarlo al Diamantino y los problemas se reactivaron.

Dicen en el instituto que es nervioso, "propenso a la ira", y que no le gusta que le toquen. Los chavales se dieron cuenta de que siempre entraba al trapo. "Se burlaban de él, le gastaban bromas", dice Gotor. Hace dos semanas, el profesor de Física tuvo un arranque de cólera en el recreo. Unos chavales jugaron a cabrearle: le tocaban por la espalda y corrían a esconderse. En una de esas, se giró y le soltó una bofetada al primero que encontró, un chico que sólo pasaba por allí. Esto colmó la paciencia de todos.

El director le quitó las guardias de los recreos para evitar más enfrentamientos. La madre del agredido lo denunció en delegación. Educación, que tenía un amplio historial sobre el maestro, le abrió un expediente por "faltas graves". Nombró a un instructor para que investigara las denuncias y, en caso de probarse ciertas, firmase la suspensión de empleo y sueldo para el profesor. Ésa es la mayor sanción que se le puede imponer a un funcionario público, una decisión extrema de la que apenas hay antecedentes en los últimos 12 años.

"Sólo recuerdo a otro expulsado por agresión sexual a una alumna", dicen en delegación. La gravedad de la sanción que se pedía obligó a repetir el informe sobre el docente dando todos los detalles. Inspección volvió a redactarlo, y esta vez solicitó que, mientras se resolvía el caso -al menos tardará tres meses- se le apartara del servicio activo. Esa decisión está en manos de la consejería. De momento, el profesor, que ha declinado hacer declaraciones a este periódico, sigue dando clases.

  • 1