Aún no lleva dos meses ante la Maestranza y la figura de la Condesa de Barcelona ya ha sido diana de los grafiteros de la ciudad. Pero en esta ocasión con sesgo político. La estatua amanecía ayer con una bandera republicana pintada en su pedestal. ¿Protesta política o gamberrada? De momento, nadie se pronuncia.
Se realizó durante la madrugada, "cuando nadie les veía" y a las seis de la mañana, cuando los operarios de la Real Maestranza llegaban a su trabajo, ya estaba allí. Fueron ellos, y no los del Ayuntamiento -"que iban a tardar más"-, los que quitaron -trapo en mano y disolvente- el grafiti pintado en el pedestal de mármol de la imagen: primero el rojo, luego el amarillo y finalmente el morado. Toda una bandera republicana en una de las figuras más representativas de la democracia del país: la madre del Rey. "Seguro que han sido unos vándalos", señalaba uno de los trabajadores.
Aunque a medio día sólo quedaba ya un leve tono de la pintada, el daño ya estaba hecho. "Yo no creo que sea una declaración política porque esa la pueden hacer siempre que quieran y como quieran no tiene por qué ser con una pintada anónima; simplemente habrá sido una gamberrada", aclaraba el autor de la talla, Miguel García Delgado, al conocer el suceso.
La estatua, que fue promovida por la Real Maestranza de Caballería, la Confederación de Empresarios de Andalucía y el propio Ayuntamiento de Sevilla tuvo un coste de 324.000 euros -100.000 de ellos, puestos por la Gerencia de Urbanismo del Consistorio-. Por ello, su deterioro "tendría que evitarse en la medida de lo posible". A este respecto, el escultor sevillano ha destacado que era "previsible que esto ocurriera, ya que ha pasado en otros monumentos, por ello hemos usado unos materiales con revestimientos para que resistan los envistes que puedan sufrir. Lo que está claro es que esto se debe evitar". De hecho, a partir del próximo otoño, cuando entre en vigor la ordenanza municipal antivandalismo, actos como éste podrían penarse con multas de entre 750 y 3.000 euros. Ni el teniente hermano mayor de la Real Maestranza, Alfonso Guajardo-Fajardo, ni los representantes de la CEA o el Ayuntamiento han querido hacer declaraciones al respecto, por tratarse de "una pintada como otra cualquiera", según explicaron fuentes municipales.
Como sentenciaba el escultor: "Estamos en una democracia y cada uno debería manifestarse como quiera, pero claro, sin dañar a los demás".
