El consejero de Gobernación, Luis Pizarro, comunicó ayer por teléfono su dimisión al presidente de la Junta, José Antonio Griñán. Hoy mismo será nombrado y tomará posesión como nuevo consejero de Gobernación y Justicia Francisco Menacho. Una decisión que aceleró ayer el presidente intencionadamente para tapar cuanto antes la hemorragia de esta grave herida política. El detonante del impactante portazo, según fuentes del Ejecutivo, fue el cese del delegado del Gobierno de la Junta en Cádiz.
Con la salida de Luis Pizarro, un referente del PSOE-A y el hombre que lideró el partido junto a Manuel Chaves las últimas dos décadas (desde 1994 a 2010), se rompe el último eslabón que quedaba con la anterior etapa. Los roces por la guerra interna que vive la dirección del PSOE andaluz y la ejecutiva provincial del socialismo gaditano han sido la gota que ha colmado el vaso. Pero el malestar entre Pizarro, el rostro más claro de la llamada vieja guardia, y la actual dirección del partido liderada por Susana Díaz, así como la distancia con Griñán y su equipo, no ha hecho más que crecer en el último año y medio.
La dimisión de Pizarro, que mantendrá su escaño en el Parlamento andaluz, abre una crisis interna en el partido y un terremoto político de imprevisibles consecuencias a un mes de las elecciones municipales y justo cuando el partido vive otro tsunami con la convocatoria de primarias para decidir al sustituto de José Luis Rodríguez Zapatero. Es además la quinta crisis del Gobierno en la legislatura, la cuarta con Griñán, en una etapa política de gran inestabilidad.
Los hechos se precipitaron en la mañana de ayer tras una conversación entre los consejeros de Gobernación y Presidencia, Mar Moreno.Según las fuentes consultadas por este periódico, Moreno le comunicó a Pizarro que el Consejo de Gobierno de hoy iba a relevar al delegado del Gobierno de la Junta en Cádiz, Gabriel Almagro, un hombre de Pizarro y afín también al actual secretario provincial del PSOE de Cádiz, Francisco González Cabaña. Tomará el testigo al frente de la Delegación el exalcalde de Chiclana, Manuel Jiménez Barrios, otro histórico hoy en contra de la dirección del PSOE de Cádiz.
Fuentes cercanas al consejero de Gobernación aseguraron a este periódico que Pizarro no estaba dispuesto a tomar parte en una estrategia desde el Gobierno, "diseñada a golpe de BOJA desde San Vicente", contra González Cabaña y sus afines en Cádiz. "Se va por cuestión de dignidad y principios", resumieron explícitamente. Así se lo trasladó a Griñán. El presidente no esperaba, dicen sus colaboradores más cercanos, esta respuesta política que consideran "desmesurada" y "desproporcionada", si bien las relaciones habían comenzado a ser irreconciliables tras las tensiones abiertas por la Alcaldía de Jerez.
La potestad de nombrar a los delegados es del presidente y la materializa Presidencia, aunque es a Gobernación a la que corresponde coordinar a los delegados, en un papel compartido.
Fuentes del Gobierno andaluz y de la actual dirección del PSOE-A aseguraron que la destitución del actual delegado en Cádiz no se debe leer en clave de guerra interna sino "por la necesidad de dar un impulso a la gestión de la Junta en la provincia" que consideran "paralizada". Se acomete hoy el relevo, aseguraró el Ejecutivo, coincidiendo con los ceses en la Delegación del Gobierno en Málaga, de donde saldrá María Gámez -candidata socialista a la alcaldía- y en la Delegación de Innovación de Granada, que abandona el alcaldable a esta capital, Francisco Cuenca.
La guerra abierta entre el PSOE de Cádiz y San Vicente alcanzó "el clímax" con la última operación política en Jerez. Hace menos de un mes se conoció un almuerzo, en el que participaron Luis Pizarro y Manuel Chaves, capitaneado por González Cabaña, durante el cual ofrecieron ser cabeza de cartel en la alcaldía de Jerez al independiente Manuel Ángel González Fustegueras en sustitución de la actual regidora y candidata, Pilar Sánchez. Según confirmó en su día la secretaria de Organización del PSOE-A, Susana Díaz, esta maniobra política de gran calado y "muy grave" se orquestó a espaldas de la dirección regional, que la desautorizó y apoyó a la actual alcaldesa. González Cabaña se despachó públicamente contra el equipo de Griñán e hizo notar su ausencia en una convención municipal que los socialistas celebrarían días después en Málaga. No fue desde luego el primer pulso del secretario provincial del PSOE de Cádiz, que ya desde el congreso regional de hace poco más de un año ha protagonizado varios choques con Griñán.
La ejecutiva del PSOE-A se reunió por la tarde. Según varios asistentes, se quitó hierro a la dimisión de Pizarro y se puso en valor que había sido sustituido "en dos horas", con lo que se defendió "la autoridad" de Griñán y su equipo. Al término, la secretaria de Organización, Susana Díaz, solo dijo que el partido lamenta su marcha "como la de cualquier compañero, pero especialmente la suya".
